Lazo rotó y lazos débiles

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—Rengoku-san ¿cuanto falta para que amanezca? —prefirió conversar un poco, esperando la ayuda de los demás e irse. Esperando que el sol se levantará y la seguridad de aquellas personas este vigente.

—El alba se levantará en un par de minutos, mi chico —un momento encapsulado en su corazón, una misión, una tarea que tenía en mente y guía. Cuidaría de ese amable corazón hasta dar su último respiro.

Mientras los pasajeros del tren se mantenían inconcientes del choque, la brisa fría era un gran arrullador. Los maltratados cuerpos de los cazadores menores se relajaban, relajando los músculos, quitándose la tensión en su raspaduras.

Llego junto con el viento, el reemplazo del dulce aroma de gratitud, putrido. Tensando los sentidos y en un parpadeo la katana roja flameante corto con destreza el ataque. Haciendo retroceder a la nueva amenaza.

A minutos del despertar del alba.

Con la delicada pose de postura, sus largas y filosas pestañas rosadas mostrando sus ojos dorados con los kanjis de "tercera Luna" grabados. Mirando muy fervil al alfa rubio, un pilar fuerte y determinado, una esencia que llenaba su corazón muerto, a su lado un omega burdeo, paralizado del dolor, su postura ran acobarda da y frágil. Asco.

Volviendo a pegar su brazo, regenerando aquellas heridas, sintiendo el ardor de las llamas vivas, pero no tanto. Aliviando el dolor con su refrescante lengua, curando se de las quemaduras.

—Bonita espada~ —el canturreo divertido resonó en el bastó silencio de la noche. Su fuerza y su capacidad fueron bien demostraras. Con una capacidad impresionante de regenerarse.

—No comprendo por que tu primer objetivo fue una persona herida —dio sus pasos frente, poniendose frente a su enlazado.

—Solo pensé que estaba en medio de nuestro camino —jugueteo señalando al pilar y luego a el —Entre tu y yo~ —su frío y apretado corazón se removió feliz, pelear con un espíritu tan grande llenaba su orgullo inflarse.

—¿Tenemos algo pendiente tu y yo? —la platica "casual" detestando cada palabra que salía de su sucia boca —¡Es la primera vez que nos encontramos, pero ya te odio! —la tercera luna riendo encantado, tanta diferencias entre sus morales.

—¿a si? También odio a los humanos débiles, cuando veo a alguien tan debilucho me da asco —sus ojos dorados miraron con repulsión al omega apuñalado, ni con una herida tan lastimera era capaz de moverse.

—Parece que tu y yo tenemos diferentes valores morales en ciertas cosas

—Ya veo. Te tengo una maravillosa propuesta ¿Que tal si te conviertes en demonio?

—De ningún modo

—Se de tu fuerza con solo verte. Eres un pilar ¿no es así? —a tras vez de sus ojos miraba la grandiosa aura, benevolente, grande y brillante demostrando la fuerza, su capacidad —Tu espíritu de pelea esta bastante  pulido. Te estas acercando a territorio supremo.

—Soy el pilar de la flama, Rengoku Kyojuro

—Y yo soy Akaza. Kyojuro, te diré por que no puedes cruzar el territorio supremo.. Por que eres humano, ya que vas a envejecer, ya que vas a morir —un espíritu de batalla tan fuerte no podía ser desperdiciada —Conviértete en demonio, Kyojuro. Si lo haces, puedes continuar entrenando por cientos de años, incluso docientos años. Puedes volverte más fuerte. —la platica molestaba más el valeroso corazón.

Entretenidos entre el cambio de palabras, Tanjiro se giro. El aroma potente de la luna creciente era muy similar a la de ese hombre, el aroma a sangre pecaminosa. Tenía que ayuda al alfa rubio, buscando su katana negra negra y ayudar a su destino.

Viento FuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora