Temporal

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Sus lindos ojos se abrían despacio, sintiendo una lamida por su cuello provocando varias reacciones en cadena. Las marcas en su pálida piel, rojas y moradas adornaban con posesividad su carne.
Alterando los latidos de su corazón, palpitando rápido estando sumergido en lo bien que se sentía.

Los labios presionandose en su tez, chupando deliberadamente, sintiendo la lengua áspera acariciarlo y el rozar de los colmillo afilados.
Su omega se removia euforico alentando el valor del alfa y que hiciera su trabajo de marcarlo. Apegandose más al cuerpo detrás suyo, suspirando con pesadez, después de todo aun quería seguir durmiendo.

En respuesta los brazos bronceado y llenos de cicatrices lo rodearon un acto tan pegajoso de parte del alfa gruñón. Ronroneo gustoso sintiendo sus párpados pesados, aceptando con gusto volver a dormir. Su alfa cuidaba de el con delicadeza y cariño, cuidando de su cuerpo como si fuera la flor más delicada posible.

-¡Kaw! ¡Kaw! ¡El pilar del agua tiene una misión! ¡Por favor pasar por la mansión mariposa! ¡EL PILAR DEL A-

-Ya callate, ave de mierda -le tiro una almohada al cuervo, espantandolo de la ventana -Quedate quieto, sigues desnudo... Si te veo el culo de nuevo dudo poder controlarme -presionó un poco sus dientes contra su cuerpo, queriendo romper la suave piel para lavar hasta el fondo sus colmillos.

Paso sus manos por su cuerpo, de verdad estaba desnudo; su curiosidad no se calmo, moviendo sus manos para tocar al albino y asustarse a sentir la piel de este sobre ninguna capa de tela.

-Calmate, mi yukata esta un poco abierta -gruño bajando su mano y tomar la de su omega, entrelazando los dedos con fuerza. Manteniendo lejos su pelvis del trasero desnudo del morocho.

Pegando sus labios de nuevo por la espalda del omega, apresiando los músculos de sus hombros, provocandole más deseo de querer morder y apretarlo. Ya no podía seguir luchando contra eso, su lobo a deseado marcar territorio desde un inicio, su colmillos siempre dolieron cada que tenía a su lindo omega bajo sus manos.

-Alfa, necesito levantarme -la voz dulce y arrulladora de su omega lo ponía en desventaja, las caderas se movieron buscando más cercanía, cumpliendo el capricho de sentir el cuerpo de su alfa encima suyo.

-Giyuu, amor, te adoro -apretando la mano de su omega presionandola hacia el pecho pálido con fuerza, atrayendolo. La sonrisa se dibujo en su rostro, partiendo sus labios mostrando sus caninos qué dolían ansiosos, rozando la filosa punta en la piel qué se estremecia, no había negación en los comportamientos de omega.

Sus caninos atravesaron la tierna piel, creando el contorno rojo en la herida mientras metía cada vez más sus colmillos, apretando con todos sus dientes el hombro, la sangre desbordaba de la herida, dejándole el sabor de hierro en su boca. Ronroneo complacido, la marca temporal que le hizo pudo calmar los caprichos de su lobo. Pasando descaradamente su lengua por la herida, chupando la sangre que aun salía para cerrar la hemorragia.

-A-alfa.. uh.. Sanemi... Tengo que irme ya -respiraba agitado lleno de sensaciones desconocidas qué provocaban convulsiones en todo su cuerpo. Sentía las mariposas revolotear en su vientre, la marca temporal era un placer bien recibido -No sabía que se podía hacer eso.. -jadeo deslizando se fuera de las sábanas, tirandolas al rostro del alfa para huir hacia el baño.

El vigor extraño que recorría su cuerpo, agitando su corazón como si fuera a morir. La euforia sin sentido de su lobo se esparcia sin control, su aroma alocada mente dulce feliz opacado y marcado por su destino. Aunque fuera temporal los síntomas eran iguales.

Hundiendose en el agua tibia dejando su nariz fuera mientras inalaba el aroma de las hierbas siendo disueltas. Admitida qué no solo su lobo estaba feliz.
En su bello rostro la pequeña sonrisa se dibujo, pintando sus mejillas de rojo tocando se el pecho para sentir el palpitar rápido de su corazón.

Viento FuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora