Viento Fuerte

Hablemos

La gotas se deslizaban por las tejas, deslizándose por inercia las últimas lágrimas de las nubes hasta llegar a la absorbente tierra. Siendo el único sonido existente en ese salón, todos manteniendo completo silencio por la información recién dada.

La señorita Amane se retiraba silenciosamente con 'las' dos jóvenes Ubuyashikis. Los aromas se revolvían entre la ansiedad, enojo y miedo. La marca del cazador era una información nueva, una nueva ventaja sobre los demonios.
Un poder dado por los dioses para vencer esas horrendas criaturas y vivir pacíficamente, pero todo tenía un costo.

El silencio inusual de Mitsuri mientras su cabeza procesaba la presión que tenía ahora, levantando la vista y encontrándose con la de su omega, entendiendo y aceptando lo que venia.
El rostro impasible de Shinobu se mostraba decidida, el día pronto llegaría y su plan sería ejecutado; en cambio a los demás ella no sería capaz de manifestar una marca, es muy débil para eso pero eso no le impedía nada.

Tokito estaba cerca de Tomioka, sentándose a su lado y esperando alguna reacción del omega. El aroma de este se notaba diferente pero no podía especificar la razón del cambio, pero aún así su angustia se envolvía y se mezclaba con los aromas de los demás. Shinazugawa miraba a ambos azabaches, mantener el silencio mientras la esposa del Oyakata-sama se retiraba; sintiéndose ansioso por activar la marca de cazador, vencer al rey de los demonios, aun así sus años de vida se redujeran, aprovecharía sus años de paz luego de exterminar a los demonios.

Himejima se mantuvo en silencio hasta que la señorita Amane cerró el shoji, dejando a solas los pilares. Gracias a la ausencia del Oyakata-sama, Gyomei tomaría su puesto temporalmente.

Una gran batalla se acerca, una nueva oportunidad salió a la luz y no pueden desperdiciarla.

El alfa murmuró su oración antes de comenzar. Tomioka se puso de pie repentinamente, sabía lo que venia, no quería participar en algo donde solo sería un estorbo para los demás. Muichiro solo miro al omega, que se levanto y tomo su katana, no era la única mirada que tenía encima.

—La señorita Amane ya se retiró, así que me largo —comunico su excusa para irse antes de que planeen las áreas de entrenamiento.

—Tomioka-san, aún no puede retirarse, tenemos que organizar los puestos —Shinobu bufó por el comportamiento del morocho, irritada por la inmadurez del ojiazul.

—Póngase de acuerdo los seis, yo no tengo nada que ver con eso —bajo la cabeza, mejor se iría rápido antes de ocasionar un mal entendido.

—¿A que te refieres con eso? ¿Continúas con tu mierda?

—Tomioka, siéntate, esto te concierne al igual que a mí —su mano le picaba de la rabia, esperaba que Tomioka se volviera a sentar, no podía acercase y hablarle con naturalidad; el omega a su par echaba humos por las palabras del ojiazul.

Giyuu se giró para ver directamente al alfa albino, ver el ceño fruncido en su rostro con una gran mueca de confusión, su cuerpo estaba listo para levantarse y atraparlo si decidía largarse de ahí.

—Yo no soy como ustedes....—todos los pilares quedaron en silencio, Sanemi apretó la mandíbula y la expresión molesta ya se estaba grabando en su rostro.

—¿¡A DONDE VAS!? —se levantó de su asiento, acercándose tenebrosamente al omega de espaldas.

—AHH-

Grito Mitsuri. Sanemi camino brusco hacia el morocho para cogerlo del haori, siendo interrumpido por el aplauso fuerte del pilar de la roca, que había provocado un pequeño temblor en toda la sala.