Tolerate It (Tom Riddle)

Capítulo 25.

"Tal vez algún día..."

Catherine Riddle:

—Debemos hablar—dije mientras tomaba asiento.

—Adelante, habla—dijo Tom.

—No quiero que mis hijos sufran, siempre nos vamos cambiando de lugares, primero la mansión de Lucy, luego la mansión de Charlotte, está mansion, la casa en ese bosque, ¿qué más falta? ¿La mansión de tu padre?

—¡No menciones a ese asqueroso! ¡Yo solo quiero protegerlos! ¡No pude hacerlo cuando te envenenaron!

—Entiendo eso, pero ellos sufren con todo esto...Charlotte me contó que el mismo día que me habían envenenado Alessia estaba destrozada y hubiera deseado que tú no fueras un mago tenebroso...

—¡Mientes! ¡Alessia jamás hubiera dicho eso de mi!

—¡Alessia es solo una niña y se da cuenta que no tiene una infancia normal...por tu culpa! ¡Solo quiero que tengan una infancia normal! ¡Que no sufran!

—¡Todos sufrimos en nuestra infancia...simplemente es imposible no sufrir en la infancia!

—Eso lo sé muy bien, créeme...¿crees que no sufrí cuando él puso sus manos en mi pequeño cuerpo? ¡No quiero que mis hijos sufran cuando vean a su padre torturando personas...

No pude terminar de hablar, Tom me había dado una bofetada en la mejilla, me lleve la mano en la mejilla mientras mis ojos empezaban a cristalizarse poco a poco.

—¡Vete! ¡No quiero verte ahora!—grito, haciéndome temblar.

Salí de su despacho mientras salían incontables lágrimas de mis ojos, subí las escaleras rápidamente mientras entraba a la habitación de Charlotte.

Ella al verme así me llevo a su cama mientras me abrazaba y tranquilizaba mis lágrimas.

—Confía en mi, estarás bien—dejo un beso en mi cabeza—. ¿No te hizo nada más?

Negué con la cabeza.

—Le diré a Pinky que guarde las cosas para ti y los niños, se irán conmigo.

Asenti mientras sentía como Charlotte se iba alejándose de mi.

           [...]

1 de septiembre de 1970

—¡Es hora!—grito Alessia mientras entrábamos a la estación.

—¿Tienen todo? ¿No les faltó nada?—pregunte mientras agarraba las jaulas donde estaban Pippa y Odin, los animales de mis hijos.

—No nos falta nada, absolutamente nada—dijo Alessandro.