✘AZIEL {Él Oscuro} ✘ © [SVD#4.5]

Capítulo 6° EL INFORMANTE

“EL OBSERVADOR CONTEMPLA TRANQUILO Y DESPREOCUPANTE LOS NUEVO TIEMPOS REVOLUCIONARIOS”

A Z I E L

Era el año 1850, por mi Señor, seguía su clara orden de vigilar. Mi tarea cada vez era más complicada entre vigilar el Castillo, a sus traidores hermanos, los antiguos hasta aquellos vampiros que hace años habían causado su atención: Los Collins, especialmente uno, Darren Collins. Un vampiro de su propio Linaje.

No fui completamente leal como debería ser. Vigilarlos me orilló a dejar a mi Señor por horas, días e incluso semanas pero después de todo, él era un vampiro que sabía ocultarse, su poder era más necesario que mi protección.

En mi búsqueda constante, no demostré cansancio pero si inquietud por mi Señor.

Había salido del escondite desde hace 13 días y no había regresado. Mi Señor aún no recurria a otro descanso, me necesitaba cerca pero más necesitaba llevarle información.

Constantemente los Collins cambiaban de rumbo, pocos días duraban en un solo lugar y cada vez eran encontrados por vampiros enviados por Salvatore con facilidad.

Y empeoraba el mal estado descontrolado de su creación y Estefan Collins causaba más su odio y no podía controlarlo.

Ese día, en mi forma cuervo, volé hasta aterrizar sobre la rama.

No habían elegido un grato y oculto lugar para ser desapercebidos cuando dos purasangres, los habían encontrado.

—No hagan esto más difícil Collins, tenemos la órden de nuestro Rey de capturarlos— mencionó uno.

—¿Y creés que será tan fácil, maldito?

—Darren —una vez más quien lo protegía intervino. Fue quien dio un paso adelante— Les advertimos, dejarnos ir o lo van a lamentar.

—No nos órdenes Estefan Collins, simplemente entrega a tu hijo.

—Jamás

Cuatro purasangres con la intención de un enfrentamiento y entre más observaba, más me daba cuenta de un similar comportamiento en los Collins pese a no ser creador y creación mutuamente.

Aquel joven vampiro, seguía sin recordar, engañado en una mentira de su verdadero origen.

Comenzaba a entender a quien era su protector, pese a no ser su real creador, se comportaba como uno.

—Hijo, quiero que te vayas.

—No estoy de acuerdo Estefan. Si estos malditos quieren un enfrentamiento, tendrán uno.