Capítulo 24° EL TORMENTOSO SILENCIO

43 8 2
                                    

“EN LA OSCURIDAD ENCONTRÉ UN DESTELLO DE LUZ: TÚ”

“EN LA OSCURIDAD ENCONTRÉ UN DESTELLO DE LUZ: TÚ”

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

    A L I N A

De nuevo estuve en el Castillo.

Dispuesta a enfrentar a mis creadores otra vez y resolver de una vez por todas sobre mi vínculo con Aziel. Un tema pendiente que no pude evadir por siempre cuando pasaron tres meses desde que elegí estar con mi alma y ayudarnos mutuamente.

En ese lapso de tiempo descubrimos más información de dimensiones, siguieron los intentos para volverme más poderosa y sobre todo conllevar un control de mi don hasta convivimos más cuando Aziel cambió, habló conmigo extensamente, como compartimos momentos juntos.

Más en ese momento, estuve frente a la puerta del Castillo, sola, preocupada por Aziel cuando prefirió la distancia y no quiso acompañarme. Respeté su decisión pero en ese momento lo necesite cerca.

>Vamos Alina, entre más pronto resuelvas esto, mejor podrás regresar con él<

Pensé

Ante mi, las puertas fueron abiertas y la voz del guardia me hizo reaccionar.

—Princesa Alina Valentains

—Hola Baroski —le respondi tras su reverencia. Me gustó el privilegio de ser hija de la Reina— Visita a mis creadores.

—La guiare hasta la Reina.

—No es necesario, yo la busco —avancé hasta pasar por su lado.

—¿Su acompañante...?

—Aziel no vino conmigo —le respondí al detenerme y giré a verlo. Descifre cierto alivio cuando hasta el mismo vampirismo le temio por los rumores— y llevo prisa.

Enseguida usé mi velocidad hasta detenerme en el pasillo y ajena a los murmuros y las miradas, avancé en dirección a la sala.

—¿Mamá? —me asomé por la puerta. Vi un trono vacío. Gruñi y la busqué en su habitación. Al llegar, golpee una vez su puerta.

—Alina —fue abierta por ella. Su sonrisa se extendió mostrando sus colmillos iguales que los míos— ¡Mi niña oscura!

—Madre, no me digas así —recibí su abrazo — ya no soy una cría.

—Hija —resono su voz y enseguida me alejé de mi creadora al verlo asomarse tras abrir por completo la puerta— regresaste.

—Hola padre, pero no para quedarme.

Gruñó expresando molestia.

—¡¿Sigues con tú obsesión por el cuervo?!

—Agh, contigo no se puede hablar —estuve apunto de irme cuando el agarre de mi creadora me detuvo.

—Hija, no te vayas y tú Owen, basta. Después de tanto tiempo tenemos a nuestra Alina aquí, nuestra hija que siempre es bienvenida.

—No cuando se está equivocando.

✘AZIEL {Él Oscuro} ✘ © [SVD#4.5] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora