◼️PREFACIO◼️

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“EN LA VIDA VAMOS BUSCANDO EL HILO PARA QUE NOS GUÍE POR EL CAMINO CORRECTO. COMO UN FARO EN LA OSCURIDAD”

 COMO UN FARO EN LA OSCURIDAD”

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    D A R K I E L

Nunca había experimentado la total libertad, pero de algo estaba seguro, no me gustó ni la sensación de vacío.

Por siglos había convivido con el mismo vampirismo desde el momento que fui creado. Pese a ser diferente a todos ellos, sentía que mi propia existencia pertenecía a un lugar.

Tenía un propósito.

Era leal, tenía un amo y era un vampiro.

Y en ese preciso momento, todo lo había perdido. Una vez más había fallado. Mi logro de despertar a quien por cada siglo consideraba mi Señor, había sido en vano.

Volvía a revivir la misma sensación de perdida, había dolor. Me sentía confundido al experimentar algo tan intenso que no comprendía.

Había ignorado la advertencia de protegerlo. Presentía que algo estaba mal y una vez más, no lo había evitado.

>Cumple tú propósito, Aziel<

La inquietante sensación había despertado.

Ante todo lo que había hecho, lo conocí. Memoricé sus palabras, sus acciones.

Sabía que si por primera vez me había nombrado, eral una señal de despedida.

Ante mis ojos, todos y cada uno de ellos desaparecieron. Los había salvado por un corto tiempo. Su agonía, su dolor, su voz, serían solo recuerdos.

>Eres libre, Darkiel<

Elizabeth Valentains, la misma hija de mi creadora y mi Señor se había esfumado.

Todo parecía tan irreal la falta de su presencia.

Mil memorias me atormentaron en ese preciso momento en el que escuché a una vampiresa conllevar su propio duelo.

Y no podía intervenir, no podía consolar a nadie cuando antes necesitaba comprobarlo.

Cambié en lo que más acostumbraba ser. Un cuervo. No hubo nada que me detuviera hasta huir rumbo hasta mi Señor.

Siempre lo encontraba.

Eran kilómetros, mis alas no se vencieron hasta aterrizar en lo más desastroso de la Guerra.

Un escondite completamente en ruinas.

En ese preciso momento no pensé en todo lo que ambos habíamos construido y batallado para ocultarnos. Cuando habían sido la mayoría de los siglos en este mismo lugar.

Volví a cambiar a mi forma normal, en lo que se me había permitido ser por mi creadora, en una falsa apariencia.

Entre más me acerqué, más la señal  fue verdadera.

Bajo todo ese escombro, en algún punto había permanecido hasta su último tiempo, mi Señor y no había estado presente tras su orden. No había estado a su lado en el momento que su eternidad había culminado.

—Mi... Señor —susurré en plena soledad.

La debilidad me vencío, caí de rodillas y extendí mi brazo al frente.

Ni por una búsqueda, encontraría sus cenizas.

Ya nada permanecía.

Derek Valentains, no existía.

Me permití derramar esas gotas cristalinas que me habia prohibido. Su enseñanza no era demostrar debilidad. Constantemente me lo repetía, nada eres, no hay nada en ti.

Pero la perdida me superaba.

No añoraba ser eterno. No prefería esa libertad cuando ya nada existía para serle leal.

Me sentía mucho más perdido, solo, atrapado si ante mis ojos solo veía una fúnebre oscuridad.

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Nota de escritora:
Uff, Darkiel, permitenme abrazarte. Si lo aman, lo harán más. Si sufrieron, lo harán más, se les advirtió.

Este es el comienzo cuando pronto podrán leer el primer capítulo y vamos a retroceder en el tiempo, siglos y siglos atrás desde que Aziel fue creado y solo él puede contarlo.

Me emociona este libro suyo y espero les guste tanto como yo escribirlo. Nos leemos pronto mis lectoras oscuras.

✘AZIEL {Él Oscuro} ✘ © [SVD#4.5] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora