Novi@ de kinder

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Conducir a casa de sus padres después de salir del trabajo para recoger a sus hijos y a los gemelos, como cada día... Nada fuera de lo común, aunque bien sabía que siempre podía esperar lo más inesperado de los cuatro.

— ¿Y esa caja de chocolates, Milo?- Preguntó con una ligera sonrisa, mirando a su hijo más pequeño.

— Ya te lo quieren robar, Mita.- Respondió Kanon, despeinando el cabello de Milo.- Y también a Shaka.

Al alzar la vista, notó como Shaka sostenía en sus manos un sobre de color blanco y una rosa dentro de un cono de papel, decorado con un lazo.

— ¿Puedo saber quién les dió eso?- Preguntó con una pequeña sonrisa el Omega, acercándose a saludar a sus padres.

— Nos encontramos a los padres de ambos niños en la salida.- Explicó Avenir.- Cada uno dejó una carta para tí.

Asmita tomó ambas cartas, leyendo el contenido rápidamente, mostrando una sonrisa enternecida. Realmente no le molestaba que otros niños les dieran un regalo a sus hijos, ambos sabían que no estaban forzados a nada por aceptar un regalo, y perfectamente podían ser simplemente amigos de los niños. Pero seguramente Kardia querría algunas explicaciones.

— Bueno, creo que esto servirá mucho para calmar los celos de cierto papá oso sobreprotector.- Rió Asmita, guardando ambas cartas.- Niños, ya es hora de irnos. Así que, vayan por sus cosas, despídanse, y vámonos.

Los cuatro niños obedecieron, y fueron en busca de sus mochilas, para seguidamente, despedirse de sus abuelos, y subir a sus respectivos lugares en el auto, empezando su camino a la cafetería.

Al llegar, fueron directo a la cocina para saludar a Kardia, quién rápidamente notó los obsequios que recibieron sus retoños.

— Ya se los quieren robar.- Bromeó Kanon, al ver la reacción de Kardia.- Ni siquiera han terminado el preescolar y Shaka ya tiene novio.

— ¡Cállate, Kanon!- Reclamó el pequeño Beta, con las mejillas sonrojadas.- No es mi culpa que nadie te quiera.

— Shaka.- Intervino Asmita, cesando la discusión.- Creo que tú tienes más explicaciones que dar, jovencito.

Kanon rió bajo, al lado de su gemelo, mientras Shaka refunfuñó por unos segundos, jurando venganza contra ese par por entrometidos.

— Papi, yo te digo qué pasó.- Mencionó un sonriente Milo, estirando sus brazos para ser alzado por su padre.- Estábamos en el patio, en el recreo, jugando con Angelo y Aioria, cuando llegaron Camus y Afrodita.

— ¿Camus?, ¿la fotocopia de Degel?- Preguntó con una ligera risa el mayor.- ¿Esa pequeña bolita amargada te dió eso?

— Sí.- Asintió Milo.- Me dió los chocolates y esta carta.- Añadió el niño, mostrándole ambas cosas a su padre.- Me dijo que le gustaba.

— ¿Y tú qué le dijiste?

— Que me agrada y lo quiero mucho, pero solo como amigo, y que dices que soy muy pequeño para esas cosas.- Respondió sonriendo orgulloso el menor.- Pero podíamos ser mejores amigos.

— Ese es mi bebé.- Rió Kardia, abrazando a su pequeño.

Asmita solo rodó los ojos con una tenue sonrisa, igual que Saga y Kanon. Ambos sabían lo sobreprotector que podía llegar a ser Kardia con ciertos temas.

— Pero papi, Shaka le dijo a Afrodita que también le gustaba.- Agregó el pequeño de cuatro años, desatando la furia de su hermano mayor.

— ¡Tú cállate, Milo!

El niño Alpha solo rió, ocultándose en el cuello de su padre.

— ¿Qué tienes que decir en tu defensa, Shaka?

¡Qué bonita familia!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora