Lleva a tu hijo al trabajo

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— Día de llevar a tu hijo al trabajo... ¿Quién organiza esto?- Se quejaba Kardia al aire.- ¿Tienen idea de lo peligroso que puede ser?

— Relájate un poco, cariño.- Rió ligeramente Asmita, acariciándole los hombros.- Todo estará bien.

— Shaka tiene solo seis años, ¿por qué tiene que ir un día entero a un hospital? Podría contagiarse de algo, o ver cosas no aptas para un niño.- Cuestiono con cierto nerviosismo.- Y Milo... Tiene cinco años, podría quemarse, o cortarse, o cualquier cosa mala podría pasarle en la cafetería.

Asmita soltó una pequeña risa, conmovido por la actitud de Kardia. ¿Quién diría que un Alpha tan alocado como él, de papá sería tan sobreprotector?

— Si incluso Aspros pudo cuando los gemelos eran niños, nosotros somos ganadores seguros.

— Cuando a Aspros le tocó hacer esto, los gemelos terminaron atrapados en un elevador por más de dos horas. Y eso que fue cuando Saga y Kanon tenían la edad de Shaka.- Replicó el Alpha, recordando aquel suceso.- Los trabajos simplemente no son lugares para niños. Si incluso los adultos terminan lastimados, ¿cuánto riesgo más corre un niño?

— Es solo un día.- Insistió Asmita con una sonrisa.- El próximo año, cuando a Milo le toque de nuevo, lo llevo yo al hospital y así ya no te preocupas.

— Es justo eso lo que me preocupa...

Asmita solo sonrió, negando con la cabeza. Desde que los gemelos aparecieron en sus vidas trece años atrás, Kardia comenzó a preocuparse cada vez más por la seguridad y bienestar de ambos niños, y ahora, con Shaka y Milo, podían confirmar que todo eso seguía vigente.

— Bueno, en mi defensa, yo solo estoy en el área de psicología, y solo le permitiré a Shaka estar presente en casos que considere aptos para él y solo si el paciente está de acuerdo.- Sonrió el Omega, peinando el cabello de su Alpha.- Y además, no soy el único que va a llevar a su hijo al hospital. Albafica también va a llevar a Afrodita, el amigo de Shaka.

— Tenía que ser...- Masculló el Alpha, sonriendo forzadamente.

Asmita solo rió, terminando de atar el cabello de Kardia en una coleta.

— Confía en Milo y en tu equipo.- Sonrió Asmita, besando la mejilla de Kardia.- Estoy seguro de que será un gran día para todos. Además, puedes aprovechar para decidir quién se queda con la cafetería.- Bromeó con una sonrisa divertida.- Si Kanon o Milo.

— ¿El que sobreviva se queda con toda la herencia?

Asmita solo rió por la evidente sobreactuación de Kardia, y fue a asegurarse de que sus hijos ya estuvieran listos.

Solo unos minutos después, ambos rubios se despidieron y se pusieron en marcha, rumbo al hospital para comenzar el que sería un gran día.

Mientras que los dos Alphas comenzaron con los preparativos para abrir la cafetería.

— ¿Qué hacemos ahora, papi?

— Revisar el inventario, pequeña manzanita.- Respondió Kardia, llevando consigo una bitácora con una pluma.- Verificar que quien hizo el inventario ayer antes de cerrar, haya hecho bien su trabajo.

— ¿Y eso es difícil?- Preguntó con curiosidad el niño, observando a su padre.

— No realmente. Una vez que aprendes algunos trucos como colocar las cápsulas en paquetes de cinco, o ponerle números a los sacos de granos de café, es bastante sencillo.

Milo asintió con una pequeña sonrisa, tomando algunas notas en su cuaderno. Al otro día en la escuela, debía presentar un pequeño reporte de lo que aprendiera del trabajo de su papá.

¡Qué bonita familia!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora