El incesante tic tac de las manecillas del reloj en la pared, resonando con fuerza una y otra vez en la pequeña sala de espera donde estaban forzados a aguardar la llegada de sus padres y docentes, intercambiando algunas miradas con los niños frente a ellos...
— Buenos días, profesores.- Finalmente, sus padres habían llegado, y solo por esa ocasión, no sabían si la voz de Asmita debía calmarlos o alterarlos.- Lamentamos la demora.
— No se preocupen por eso.- Respondió uno de los profesores responsables de ellos.- La directora los espera.
Las miradas de algunos padres clavándose directo en sus hijos, cuestionando silenciosamente qué había sucedido, obteniendo respuestas por medio de todas las marcas de golpes, arañazos y mordidas que tenían en la cara... Estaban en graves problemas.
— ¿Creen que esto acabe muy mal?- Preguntó Milo en un murmullo.
— A mí es seguro que mi papá me va a regañar y dejar castigado sin postre ni salidas al parque hasta que tenga veinte años.- Suspiró Angelo.- Y seguro que ahora mi mamá no me defiende... Tendré que decirle a mis abuelos, a ver si ellos logran salvarme.
— Nunca había visto a mi mamá tan enojado como ahora.- Admitió Aioria con un ligero temblor en su voz.- Estoy muerto.
— Es seguro que papá nos va a obligar a limpiar la casa por toda una semana como castigo.- Musitó Shaka.- Y mamá de seguro nos da de comer solo zanahorias o coles de Bruselas por un mes entero.
— Y todo por culpa de ese montón de tontos.- Gruñó Milo, cruzándose de brazos para mirar desafiante al grupo de niños frente a ellos.
La tensión podía sentirse a flor de piel en esa pequeña sala de espera, cómo ambos grupos de niños buscaban intimidar al otro con la mirada, cómo se desafiaban, cómo esperaban el primer golpe, y cómo luchaban por contenerse.
Todo, mientras en la oficina, los padres y maestros involucrados en el altercado, trataban de poner las cartas sobre la mesa y llegar a una resolución.
— Con todo respeto, señora Athanasiou, solo dígame qué rompió mi hijo o cuál va a ser la sanción.- Pidió con cierto desdén un Alpha de cabellos rubios.- Tengo demasiado trabajo por hacer, y no puedo quedarme dos horas aquí por algo que se puede resolver en cinco minutos.
— Con todo respeto, señor Wembley, pero ni siquiera ha escuchado qué fue lo que pasó.
— ¿Acaso va a decir que Radamanthys no inició una pelea por alguna tontería, lastimó a uno o varios niños, y posiblemente dañó alguna propiedad de la escuela?- Inquirió cruzándose de brazos el Alpha. La mujer solo se quedó callada, al igual que los maestros.- Como suponía. No se preocupe, sé lo que tengo en casa y ya estoy tratando de arreglarlo.
— ¿Qué fue lo que pasó exactamente?- Cuestionó Kardia, intentando pasar por algo las palabras de aquel sujeto.
La directora tomó un profundo respiro antes de continuar, y procedió a pedirle a los dos profesores explicar los hechos ocurridos.
— Durante la hora del almuerzo, dos de los niños de mi grupo llegaron corriendo a buscarme, diciéndome que unos de sus compañeros estaban peleando con los niños del grupo del maestro Dohko, en el patio.- Comenzó a relatar el Alpha de cabellos plateados.- Les pedí que fueran en busca del maestro Dohko y me adelanté para tratar de calmar a los niños.
— Así es.- Confirmó el castaño.- Como mencionó el profesor Hasgard, los niños fueron a buscarme, y cuando llegué, lo encontré tratando de separar a los niños.- Añadió.- Entre los dos, logramos separarlos y calmarlos, y los trajimos aquí para mandar a llamar a sus padres.
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¡Qué bonita familia!
Fanfic¿Qué pasa después del "felices por siempre" desde la perspectiva de los niños?... Sin duda, nada es perfecto, pero no necesita serlo para ser maravilloso. Fanfic creado para el #Omegakids, narrando la vida de Kardia y Asmita tras convertirse en padr...