Parque de juegos

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— Qué bien que hayas podido acompañarnos, Tenma.- Habló Asmita, mientras vigilaban a los niños jugando a lo lejos.- Milo no deja de preguntar por ti y el bebé. Ya falta solo un par de meses para que llegue, ¿no?

— Sí.- Asintió el Omega, con una sutil sonrisa.- Kardia prácticamente me vetó de la cafetería hasta que tenga al menos tres meses el bebé.

— Se toma estas cosas muy en serio.- Rió Asmita.- A mí no me dejaba mover ni un dedo cuando estaba esperando a Shaka, prácticamente me le tenía que escapar con ayuda de los gemelos hasta para bañarme sólo, y eso que era un embarazo seguro. Ni hablar de Milo, que se consideraba de riesgo por el poco tiempo de diferencia con el nacimiento de Shaka.

— Supongo que debió ser estresante para él también.

El joven Omega miró por unos segundos a los niños jugando, siendo perseguidos por los adultos en busca de prevenir un accidente, y después a sus madres.

Por esa ocasión, todos habían decidido organizar un paseo grupal. Incluso Albafica se había unido al plan, después de todo, ya era parte de la familia.

Tenma dudó un momento, pero tenía una pregunta que le carcomía demasiado la mente y a la que simplemente no hallaba una respuesta clara.

— ¿Duele mucho el parto?- Preguntó con timidez.- Mi mamá me ha contado un poco de su experiencia, y dice que todo estará bien, incluso tiene planeado tomarse unos días en su trabajo para viajar y venir a cuidarme cuando el bebé nazca, pero... De verdad tengo miedo de tener que pasar por eso solo si algo pasa y el parto se adelanta, y ella no llega a tiempo.

— No tiene sentido mentir, duele demasiado.- Respondió Albafica, adelantándose a los demás Omegas.- Y dar a luz sólo es una de las cosas más difíciles, aterradoras y dolorosas que alguien puede atravesar.

Sísifo y Regulus intercambiaron una mirada, y después observaron a Asmita. Los tres sabían que probablemente quién mejor podía entender la situación de Tenma era Albafica, pero era una respuesta demasiado cruda y no estaban seguros de qué impacto podría tener en el más joven.

— No me malentiendas. Amo profundamente a mi hijo, pero jamás mentiría con un tema como ese.- Añadió el Omega peli-celeste, observando a su pequeño jugando con Shion, igual que hacían el resto de niños con sus padres.- Afrodita es lo que más amo en este mundo, pero pasé por muchas dificultades criándolo solo. Mi padre falleció apenas unos meses después de que dí a luz, y me quedé sin ningún apoyo... Es bastante difícil, pero no imposible. Confía en tí y sé fuerte.

— Solo espero que me perdone por no tener un padre como el resto de niños.- Sonrió con tristeza Tenma.

— A veces los lazos emocionales son más fuertes que los de sangre.- Le reconfortó Albafica, palmeandole el hombro.- Afrodita siempre supo porqué éramos solo nosotros dos. También sabe que Shion no es su padre, pero aún así, lo quiere como si lo fuera. Y sabe que el nuevo bebé que tendremos Shion y yo es su hermano, pero eso no cambiará cuánto lo amo.- Añadió, llevándose una mano al vientre.

Tenma correspondió la sonrisa de Albafica, encontrando algo de consuelo en sus palabras. Quizás no podía compararse con Albafica, Regulus, o cualquiera de los demás presentes, pero hallaría su propio camino.

— ¡Tenma!

Al escuchar la voz de Milo, alzó la vista, justo a tiempo para que el niño saltara a sus brazos.

— ¿Y ahora qué hiciste, pequeño diablillo?- Preguntó con la radiante sonrisa que lo caracterizaba.

— Nada. Solo quería venir a verte.- Sonrió el niño, que había sido acompañado por Aioria, el hijo menor de Sísifo.- Y ver si el bebé pateaba.

¡Qué bonita familia!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora