Primera noche en su habitación

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— Papi, ¿por qué Shaka ya no va a dormir con nosotros?

— Porque tu hermano quiere su propia habitación, manzanita.

— En pocas palabras: El pequeño gremlin se siente demasiado mayor para seguir compartiendo habitación.- Sonrió Kanon, revolviendo el cabello rubio del pequeño Beta.- Al menos hasta que un ruido lo espante en la noche.

— Eso quisieras, pero voy a estar bien sólo.- Afirmó el pequeño Beta.

— Bueno, ya basta. Mañana continuarán con su discusión.- Intervino Asmita, acariciando la cabeza de Velvet. El perro ya llevaba poco más de un año con ellos, y lo querían bastante.- Ya es hora de dormir.

— Buenas noches, Shaka.- Dijo Milo a su hermano, mientras su padre lo arropaba.

— Cierra bien las puertas del armario.

— Y cúbrete bien con las mantas para evitar que te lleve algún monstruo.- Añadieron los gemelos con una pequeña mofa, haciendo rodar los ojos al menor.

— Buenas noches.- Resopló el rubio menor.

Los gemelos permanecieron en el colchón inflable que solían usar cada que se quedaban a dormir con la familia. Velvet fue directo a la cama para perros a los pies de la cama de Milo después de recibir un abrazo por todos. Y Asmita y Kardia se retiraron de la habitación con Shaka.

Acompañaron a su primogénito a su nueva habitación para arroparlo y desearle buenas noches.

Tenían claro que los niños no compartirían habitación toda la vida, y tenían una reservada para cuando alguno deseara comenzar a dormir sólo, pero sabían que por más maduro que fuera un niño, un cambio así era todo un proceso.

— ¿Estás seguro de que estarás bien, Shaka?

— Sí, mamá.

— Sabes que puedes volver con tu hermano si quieres, ¿verdad?

— Ya lo sé, papá.- Suspiró el Beta.- Pero estoy bien.

Ambos padres suspiraron, pero asintieron, y le dieron un beso de buenas noches a su pequeño, antes de apagar la luz y retirarse.

Por suerte, Aspros había salido de viaje por unos asuntos del trabajo y los gemelos se habían quedado a dormir ese fin de semana. Milo aún teniendo a Velvet con él, estaba algo nervioso por dormir sólo, así que la presencia de Saga y Kanon, al menos por un par de noches, le ayudaría a adaptarse al cambio.

— ¿A qué hora crees que va a regresar corriendo con los demás?

— 3:00 de la mañana a lo mucho.- Sonrió sutilmente Asmita, volviendo a su habitación al lado de su Alpha.

Una vez todos en sus habitaciones, apagaron las luces y cada uno se dispuso a dormir... O al menos tratar.

Las horas pasaban, cada vez era más tarde, y la noche avanzaba más y más, permitiendo que el silencio se fuera apoderando lentamente de todo el ambiente.

¿Cuánto tiempo había pasado desde que sus padres se fueron?, ¿una hora?, ¿dos?... ¿Qué hora era?, ¿estaba cerca el amanecer?... Era difícil saberlo. Solo sabía que no podía dormir por más que intentaba.

Parecía que sus ojos se negaban a cerrarse y su mente a descansar. El pequeño blondo solo podía dar vueltas en la cama, intentando dormir.

"¿Qué estarán haciendo Milo y los gemelos.- Se preguntaba a sí mismo.- ¿Ya estarán dormidos?"

Había demasiado silencio en la habitación. Sin los suaves ronquidos de Milo, ni la respiración de Velvet, ni los murmullos inentendibles que decían los gemelos dormidos.

Tampoco estaba la luz de noche con forma de sol que sus padres solían dejar encendida para Milo... Todo se sentía muy diferente.

Intentó ignorar esa sensación, y tratar de acomodarse, dejando un espacio a su lado... ¿Pero para qué? Velvet no estaba ahí, ni podía entrar por la puerta cerrada para que se durmiera a su lado. Milo tampoco iba a pasarse a su cama si tenía alguna pesadilla, si pasaba, probablemente terminaría buscando refugio con los gemelos o sus padres...

Esas eran todas las razones que tenía para haber pedido una habitación propia. Pero ¿por qué ahora extrañaba todo eso?

Sí, los gemelos solían hacerle bastantes bromas y burlas, principalmente Kanon. Pero nunca se excedían, y además... Debía admitirlo, eran bastante creativos.

Y Milo también solía fastidiarlo de vez en cuando, al invadir su espacio personal sin permiso, o morderlo de vez en cuando, una muestra de afecto bastante común en niños Alpha que aún no habían iniciado algún tratamiento con supresores a falta de celo, como lo era Milo todavía. Pero era su hermano y en el fondo lo quería.

Y Velvet... Ese perro al inicio no le agradaba, pero con el tiempo se dió cuenta de que era muy obediente, tranquilo y limpio. Ya había podido enseñarle algunos trucos. Y aunque le molestara que con frecuencia se subiera a su cama y le lamiera la cara, realmente lo quería... Aunque sabía que el can era de Milo en realidad.

Trató de hallar confort recordando todos los momentos al lado de ellos. Desde cómo Velvet o Milo se colaban en su cama por la madrugada y despertaba aplastado por su hermano y el perro. Hasta las peleas de almohadas que Kanon iniciaba. O los fuertes de almohadas que Saga les enseñó a crear... Pero terminó llorando, abrazado a su almohada. Realmente los extrañaba.

Finalmente, decidió dejar su orgullo de lado, tomar una almohada, y salir de su habitación.

Solo tuvo que dar algunos pasos, antes de llegar a la habitación donde dormían su hermano y los gemelos, y abrió la puerta.

Tal y como esperaba, los tres estaban profundamente dormidos en sus lugares. El único que notó su presencia, fue Velvet, que dormía sobre Milo, y al percatarse de su aroma se despertó, saltando y corriendo hacia él, ladrando un poco y despertando a todos.

Saga encendió la luz al estar más cerca, y todos lo vieron.

— ¿Que no eras muy grande para seguir compartiendo habitación?- Bromeó Kanon, tallándose el ojo.

Shaka solo pudo apretar los labios, en un vano intento de contener las pequeñas lágrimas que querían escapar de sus ojos, antes de abrazar a Velvet y llorar de nuevo.

Milo, Saga y Kanon, de inmediato se levantaron de sus lugares y se acercaron a él para cobijarlo en un abrazo grupal, buscando brindarle consuelo.

Shaka jamás imaginó que pensaría eso, pero, ese abrazo lo hizo sentir inmediatamente seguro y tranquilo.

— Ya, ya. Tranquilo, pequeño gremlin.- Negó Kanon con una sonrisa.- Puedes quedarte a dormir con nosotros los mortales por hoy. Seguro que Velvet no tiene problema en prestarte su cama.

Los tres terminaron riéndose por aquella broma de Kanon, y una vez más tranquilos, se organizaron para dormir.

Los gemelos se quedaron en su lugar, y Milo le hizo un espacio a su hermano mayor en su cama, aunque eso no impidió que Velvet se hiciera un pequeño espacio en los pies de ambos.

— Buenas noches, enanos.- Bostezó Kanon, antes de apagar la luz y volver a meterse bajo más mantas.

— Qué bueno que volviste, Shaka.- Murmuró Milo con una pequeña sonrisa, abrazándose a su hermano.- Buenas noches.

— Buenas noches, Milo.

— Te quiero.

Shaka fingió estar dormido, y esperó a que Milo cerrara sus ojos para responder:

— Yo también te quiero.

¡Qué bonita familia!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora