Castigo

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— Kanon, ¿Shaka está con ustedes?

Ante esa pregunta, el joven de diecisiete años observó a su gemelo, haciéndole saber que algo no estaba bien y seguidamente, puso el altavoz.

— No, Mita.- Respondió el joven.- Hemos estado en casa estudiando toda la tarde desde que volvimos de la escuela, y aquí no ha venido.

— ¿Pasó algo?

Los dos escucharon a Asmita sollozar, y a Kardia posiblemente tratando de calmarlo de fondo... Definitivamente algo estaba horriblemente mal.

— Shaka no está.- Respondió Milo, tomando el teléfono, tratando de contener su llanto.- Papá me acompañó al ensayo de una presentación de la escuela, y Shaka se queda con mi mamá... Creo que discutieron o algo así, porque cuando llegamos, Shaka ya no estaba, y todos estaban tratando de encontrarlo.

Lo que les faltaba... Definitivamente iban a estrangular a ese condenado Beta y a colgarlo del árbol más alto que encontraran en cuanto le pusieran las manos encima por haber hecho semejante tontería. Milo había hecho lo mismo, pero a los cinco años, no a los diez que tenía Shaka...

Pero lo primero era encontrarlo y asegurarse de que estaba bien. Después ajustarían cuentas por preocupar a todos de esa manera.

— Dile a tus papás que ya voy en camino, Milo.- Mencionó Kanon, tomando un abrigo.- Saga se queda en el apartamento por si al pequeño gremlin se le ocurre venir.- Añadió, despidiéndose de su hermano con un gesto silencioso con la mano.- Tú trata de calmarte. Todo va a estar bien, ¿de acuerdo?. Vamos a encontrar a ese gremlin así tengamos que voltear cada piedra en la ciudad una por una.

Milo hipó y asintió, antes de cortar la llamada y volver al lado de sus padres.

Kanon no perdió tiempo y se apresuró en salir del edificio tan rápido como pudo, tratando de pensar en dónde podrían haberse metido ese niño. ¿A dónde podría ir?...

Bueno, igual tenía que llegar a la cafetería tan rápido como fuera posible, y eso era usando el tren subterráneo, así que fue directo a la estación más cercana, a solo un par de cuadras, y se dispuso a esperar el siguiente tren. En el trayecto pensaría dónde buscar a ese condenado Beta.

— Definitivamente, la adolescencia va a ser una etapa horrible con este desgraciado.- Suspiró para sus adentros, preguntándose porqué rayos había decidido fugarse.

En cuanto llegó a la cafetería, pudo notar cómo ya se encontraba una unidad de policía, y un par de oficiales hablando con Asmita y Kardia. Conociendo a la familia como los conocía, probablemente todos estaban como locos peinando la ciudad de arriba a abajo en busca de algún indicio de Shaka.

— ¡Kanon!

Apenas lo vió, Milo corrió hacia él para abrazarlo, acompañado por Velvet, buscando un refugio. Era evidente lo preocupado que estaba por su hermano y cuánto le dolía no saber de él.

— Tranquilo, ya te dije que todo estará bien.- Le repitió, aún sosteniendolo en brazos, esperando a que los padres del niño se desocuparan.- Ven, vamos con tus papás.

Apenas estar lo suficientemente cerca, notó lo preocupado que estaba Kardia, y cómo Asmita tenía los ojos hinchados de tanto llorar... Definitivamente, Shaka iba a pagar caro eso.

— ¿Qué fue lo que pasó?

— Yo... Fue una discusión muy fuerte.- Explicó el Omega rubio con dificultad.- Y... No hice nada, creí que solo llegaría a un par de cuadras a lo mucho y volvería, pero... Pero no fue así.

— ¿Qué lo hizo reaccionar así?- Cuestiono Kanon.- No pudo ser algo tan grave para que hiciera todo esto.

— Una discusión porque su madre le dijo que estaba actuando como un inmaduro.- Respondió Kardia.- Todo se salió de control, para cuando Milo y yo volvimos ya todo había pasado.

¡Qué bonita familia!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora