XXXV.- No apresuramos

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La música comenzó a sonar y la emoción llenó el aire mientras nos preparábamos para caminar por el pasillo hacia el altar. Como parte de la corte nupcial, las damas estábamos delante, seguidas de cerca por los pajes detrás de nosotros. Miré hacia adelante y vi a Benjamin esperando en el altar junto a sus caballeros de honor, su rostro lleno de emoción y anticipación.

Caminamos con gracia por el pasillo, nuestras faldas ondeando suavemente con cada paso que dábamos. A mi lado, podía sentir la emoción palpitante de mis amigas, y nuestras sonrisas se ampliaban con cada paso que nos acercaba al altar.

Mientras caminaba, mi mirada se desvió hacia el público, buscando a Charles entre la multitud, estaba sentado cerca de la princesa de Dinamarca y los novios de dos de mis amigas, su mirada encontrándose con la mía en un momento de conexión fugaz.

Su sonrisa cálida me reconfortó, y le devolví la sonrisa con gratitud antes de volver mi atención hacia adelante.

Llegamos al altar justo a tiempo para ver cómo Amira caminaba hacia allí, tomada del brazo de su padre. Su vestido era impresionante, y su rostro brillaba con la felicidad mientras avanzaba hacia su futuro esposo. Apenas llegaron al altar, el padre de Amira entregó a su hija a Benjamin, simbolizando el paso de Amira de la protección paterna al cuidado de su futuro esposo.

Había algo mágico en presenciar el amor de dos personas uniéndose en matrimonio, algo que me dejaba sin aliento y me llenaba de esperanza para mi propio futuro. Lo había sentido en las bodas de mis hermanas y ahora en esta.

La ceremonia comenzó con hermosas palabras y promesas de amor eterno, y me encontré completamente absorbida por el momento. Las palabras del oficiante resonaron en el aire, llenando la habitación con un sentido de solemnidad y significado.

Cuando finalmente pronunciaron las palabras "pueden besar a la novia", todos aplaudimos con entusiasmo mientras Amira y Benjamin sellaban su amor con un dulce beso. Era un momento verdaderamente hermoso, uno que nunca olvidaría.

Después de la ceremonia, nos reunimos todos afuera de la capilla para tomar fotos y felicitar a los recién casados. Fue un momento de alegría y celebración, y me sentí agradecida por poder ser parte de él.

Estaba bailando con mis amigas mientras Charles estaba sentado en la mesa hablando con Edward y Sergio, los enamorados de Andy y Fany respectivamente

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Estaba bailando con mis amigas mientras Charles estaba sentado en la mesa hablando con Edward y Sergio, los enamorados de Andy y Fany respectivamente. Parecía que estaban en una conversación animada ya que se los veía reír.

Me disculpé con mis amigas y me dirigí hacia la mesa donde Charles estaba conversando con Edward y Sergio. Al acercarnos, pude escuchar fragmentos de su animada conversación sobre la última carrera en Canadá, donde Charles había logrado un impresionante cuarto lugar.

... y si Ericka hubiera estado allí, habríamos ganado seguro —estaba diciendo Charles, con una expresión de determinación en el rostro.

Me sentí halagada por sus palabras, pero también un poco culpable por no haber estado presente en la carrera. Sin embargo, sabía que mis compañeros en Ferrari habían hecho un excelente trabajo sin mí.

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