25

1.9K 242 189
                                        

•🍎•

— ¿Enserió se fue sin si quiera haber desayunado?— Pregunta Rosie contando el dinero que había conseguido durante esa semana. Le tomo por sorpresa el ver solo a Angel desayunado en el mostrador de la pastelería.

— Me dejo una nota diciendo que debía salir temprano hoy para una entrevista que iba a realizar en la radio.— Le dice Lucifer dando un pequeño sorbo a su jugo de naranja. Se había preparado huevos revueltos para desayunar.

— Cielos, ese muchacho trabajando tan duro, ni tuve oportunidad de hablar con el sobre algo importante. Tu te ves muy relajado Luci, ¿dormiste bien?— Pregunta la dama mientras se dirige a la cocina para iniciar con su trabajo.

— Se podría decir que si.– Se ríe tiernamente Lucifer dándole otro bocado a su comida.– Oye Rosie ¿crees que me puedas hacer unas tortitas de carne?, vi que tenias carne en el refrigerado.—

Su pregunta no es respondida al momento pero escucha el sonido de trastes siendo movidos frenéticamente, Rosie se asoma desde la cocina y se queda viendo a Lucifer con una sonrisa.

— ¿Tortitas?, ¿cuando haz comido tortitas?— Dice dulcemente.

— En tu casa, le estaba preparando de comer a Angel y le hice ese platillo. No le gustó tanto pero a mi me supo muy rico, ¿me puedes preparar unas cuantas?— El rubio no lo sabía pero las manos de Rosie estaban temblando de nervios debido a ello. Siempre estaba presente cuando debía de prepararle de comer a Angel, inclusive le dejaba la comida ya hecha para que el la calentara en el horno para que el no tuviera que investigar que suministros tenía Rosie en su casa.

— Ya veo, ¿que tal si en vez de carne te preparo unas galletas?—

— Eso no es desayuno Rosie.— Le hace mención Lucifer riéndose.

— Pero las que yo preparo son más nutritivas, créeme.— Insiste Rosie y ante eso Lucifer solo pudo sonreír para aceptar la oferta de la mujer.

Mientras tanto Rosie se veía tranquilamente tomando los trastes necesarios para ir preparando sus famosas galletas, fue al refrigerador y tomó el cartón de leche. Sin embargo en su cabeza se repetía una simple frase:

Alastor se va a enojar, Alastor se va a enojar, Alastor se va a enojar, Alastor se va a enojar.

Sin embargo ella siempre había sabido como ocultar sus nervios y su mente trataba de centrarla en simplemente cocinar. Rogaba por qué Lucifer no se le ocurriera contarle eso a Alastor porque si no entonces iba a tener una muy extensa charla/discusión.

Lucifer por el contrario estaba terminando su platillo y ya solo le quedaba terminar su jugo de naranja, hoy tenia que hacer la limpieza de la pastelería además de que Rosie le pidió ayuda en la decoración de un pastel de bodas. Eran pocos deberes pero requerían de tiempo, así no se le haría eterno esperar por Alastor hasta que regresara.
En eso la campana de la pastelería sonó, un nuevo cliente había llegado. El rubio se voltea viendo a una jovensita vestida con un vestido muy bonito de color rosa pomposo, luciendo un sobrero que se ataba por su barbilla y luciendo unos muy bonitos botines negros, llevaba en una de sus manos un pequeño bolso de mano color blanco y camino observando todo el lugar.

— ¡Buenos días!— Saluda Lucifer. La chica voltea a verle, tiene unos ojos negros bastante profundos y su cabello pelirrojo solo se lograba ver por un mechón de este que pasaba por su frente. Por un momento el rubio cree que la a molestado pues lo miraba con seriedad, pero entonces sonríe emocionada y se acerca a Lucifer quedando cara a cara.

— ¡Qué bonito eres!– Lucifer parpadea no entendiendo bien el saludo.– Que ojitos, que labios, tu cabello, tienes pinta de que eres un chico bueno.—

demonio equivocado - RadioAppleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora