demonio equivocado - RadioApple

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Alastor llegó al restaurante de Rosie, era un lugar bastante lindo pintado de un rosa pálido con decoración góticas de color negro y gris. Las letras del letrero decían Gâteaux Rosie.

Así que pasteles, tiene sentido.

Alastor entro al local notando varios clientes esperando su pedido en la caja registradora que era atendida por un jovencito que pese a su uniforme tan de rosado como el local se veía tan cansado y de mal humor. Había estanterías a un costado derecho donde se podía ver decoraciones, pequeños maseteros con flores y cuadros hechos a mano.
Frente a Alastor podía ver una vitrina en donde se mostraban los distintos productos de pasteles y de postres, todos deliciosos a la vista y con decoraciones exquisitas; El aroma de pan recién horneado era encantador y le hacía dar más hambre a Alastor el cual notando que había una pequeña campanilla para llamar al personas la toco esperando paciente.

De uno de los pasillos que supuso era el que conectaba con la cocina salió Rosie con el mismo uniforme que tenía el chico en la caja administradora solo que ella usaba un delantal blanco y con su cabello recogido en una coleta alta que era sostenida por un sombrero de chef.

- ¡Alastor, llegaste!- Rosie le sonríe mientras da la vuelta para pasar la vitrina y en un gesto amistoso pero que tomó por sorpresa a Alastor, la mujer le abrazo.

- Era imposible perderme, puedo oler a chantiyi desde calles atrás.- Alastor escucha a la mujer reí y se separan viéndose mutuamente.- J'adore la décoration de chez toi.-

- Oh, tu parles français, eres un hombre lleno de cualidades.- Rosie un gesto elegante con su mano que termina colocándole en su pecho.- Sígueme querido, el cuarto está atrás.-

Alastor siguió a la dama al salir de el local, a un costado de tan precioso y deslumbrante lugar había un pasillo oscuro con basura en el suelo, si no fuera porque es de día el castaño no habría podido distinguir a Rosie. Ella se coloco frente la puerta mientras que por dentro de su manga sacó un conjunto de llaves.
Paso las primeras dos y la tercera fue la que abrió el cuarto, era una habitación considerablemente grande, inclusive poseía un armario aparte y un baño; Lo único malo es que no tenía ventanas y que el ruido de las máquinas de la cocina era considerable pero no le iba a contestar de manera grosera a Rosie quien le había ofrecido su ayuda.

- Es perfecta.-

- Mi marido construyó este sitio para que fuera un almacén o hacer mas habitaciones con resepcion y todo pero yo le insistí que lo hiciéramos solo un cuarto.- Rosie camino un poco por el lugar, lo admiraba con tanta felicidad y nostalgia que hasta el mismo Alastor comenzó a sentir esa misma sensación de melancolía que invadía el lugar.- Obviamente, accedió a mis deseos, el tenia la idea de hacer un hotel ¿sabes?- La voz de Rosie se quiebra un poco y el castaño nota como sus ojos contienen lágrimas.- ma chère Franklin...-

- Oh querida Rosie, por favor no llores.- Alastor camino para quedar frente a ella y al ver que una lágrima bajo rápido por la mejilla de Rosie saco su pañuelo de su bolsillo del pantalón.- Agradezco tu amabilidad, es un razgo tan precioso y seguramente su esposo se enamoro de usted por ello. Pero le pido recuerde lo que me comentó, recuerde los tiempos que paso con el, no los vea de manera agobiante, mirelos como un precioso recuerdo que la inspire.-

- Sin duda es un caballero en toda la extensión de la palabra.- Alastor le brinda una sonrisa genuina de aprecio, sin embargo sus ojos se abren con miedo al notar que en la mejilla de Rosie se encuentra una pequeña mancha de sangre.

Es el mismo pañuelo que use para limpiar el arma.

- Quiero verla feliz señorita Rosie, el señor Franklin desearia eso.- Alastor volvió a colocar el pañuelo en la mejilla de la dama la cual aún no se daba cuenta de que su mejilla estaba siendo limpiada por un pañuelo ensangrentado.