18

2.1K 274 283
                                    

•🍎•

— Ahora si ese desgraciado me va a oír.— Pentius camino deprisa pasando por el gran pasillo, ni si quiera saludo a los incontables trabajadores que le saludaban o preguntaban por su día. En cambio Alastor caminaba detrás de el y con una sonrisa le saludaba a cuanta gente podía.

Y aun que la gente no le conocía rápidamente caían en conversar entre ellos de lo educado que era el. En cuestiones diferentes le parecería raro, pero necesitaba ser notado como una buena opción si es que iba a conseguir empleo.
El caballero de melena negra ni si quiera toco la puerta y la abrió dejando que esta se azotara con la pared, Alastor se quedó en el umbral de la misma y se quedó quieto en una postura firme con la sonrisa que para este momento ya le estaba haciendo doler las mejillas.

— Se toca primero...—

— ¡Verdammt mit einem flachen Gesicht!— Le grito Pentius.

— Ya sabes que me molesta, no, no me molesta, me causa odio el oírte hablar en ese idioma fascista.— Con notorio enojo en sus palabras Alastor lleva sus ojos al asiento del escritorio donde un hombre de traje negro y peinado bien arreglado miraba un conjunto de hojas entre sus manos. Da un pequeño vistazo notando que si bien cumplía con todo lo que conlleva una oficina pero estaban papeles y un montón de cables tirados por el suelo.

— ¿¡Fue tu idea verdad!?, ¡ponerme a leer una noticia donde hagan ver mal a mi país es demasiado bajo incluso para ti Vox!—

— Noticias son noticias Varick, creí que eras un profesional.— Ese tono le recordaba bastante a Eva cuando le hacía una maldad que conllevaba que lo regañaran. Era evidente que no lo decía por ser un buen jefe.

— Te dije que yo solo tomaría noticias relacionadas con el espectáculo, nada político, nada que conlleve que vean mal a mi o a mi familia.—

— Vamos Pentius, tu niño apenas y puede oír bien ¿como crees que va a escuchar los insultos de la gente?— Alastor no pude evitar retroceder cuando vio como Pentius tomaba de la chaqueta a su jefe. El ambiente se quedó en un silencio pesado, detrás de el algunos empleados se fueron a refugiar a las oficinas cercanas o se mantuvieron quietos con nerviosismo ante tal escena.

— Puedes meterte conmigo si quieres.– El tono de su voz estaba cargado de disgusto e incluso había sonado como un pequeño gruñido debido a que este apretaba los dientes.– Pero no metas a mi hijo, porque sabes que no voy a responder de buena manera, Jonathan.—

El dichoso jefe ni si quiera se inmutó ante aquello que evidentemente era una amenaza, al menos desde lejos, Alastor podía ver como una pequeñísima gota de sudor bajaba por el costado de su frente revelando nerviosismo. Aun cuando parecía tan desgraciado era evidente que seguía siendo un humano, uno bastante desagradable pero lo era.

— Bien, estas despedido. Tu, el que tiene un moño de regalo en el cuello.– El jefe señaló a Alastor el cual no pudo ocultar su indignación de como se refirió a él.– ¿Sabes de locución?—

— Si pero--

— Como sea, contratado.—

— ¿Qué?— Tanto Pentius como Alastor soltaron la pregunta al unísono, uno lo decía enojado y el otro lo decía de manera intrigada.

— ¡¿Y por qué carajos mi personal se queda quieto y se esconde en las oficinas como malditas ratas?! ¡Trabajen!— Vox se levanta de su asiento para asomarse si su orden fue acatada y tan pronto llegó a un lado de Alastor viendo al pasillo todos los empleados empezaron a moverse y seguir con su rutina de trabajo.

Alastor pudo ahora ver mejor su cara, se miraba bastante joven como para ser jefe de una difusora, sin embargo, característico de alguien que trabaja largas horas de trabajo tenía pequeñas arrugas en sus ojos y bolsas negras debajo de ellos. Sin embargo todo lo demás destacaba su traje negro bien colocado sin un daño, su pelo peinado hacia atrás sin ninguna cana estaba intacto.

demonio equivocado - RadioAppleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora