demonio equivocado - RadioApple

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Su cuerpo estaba tan entumido de el miedo que prácticamente pareciera que era un maniquí que cargaba Lucifer con tanta facilidad. Le daba vergüenza obviamente, pero ni loco iba aflojar su agarre del cuello del rubio para mirar abajo y ver los techos de las casas y edificios de la ciudad; eso si, escuchaba incontables sirenas y autos pasando, uno después de otro, probablemente eran policías o ambulancias qué se dirigían al lugar del incendio.

— Estamos llegando al lugar que me indicaste Ali, bajaremos en un callejón cercano.—

— Como quieras solo baja despacio.— Lucifer se ríe al escuchar tan nervioso a Alastor.

Desciende de a poco y dando un pequeño vistazo antes de pisar el suelo se aseguró que no hubiera nadie. Las ventanas de los distintos edificios estaban cerradas y con luces apagadas, sin duda nadie quería estar fuera de sus casas en ese momento. Lucifer ayuda a Alastor a que se recomponga quedando de pie.

— Bien... bien, Angel y Husk están en el cuarto piso. Creo que había unas escaleras en la entrada qué van directo hacia arriba.— Le comenta Alastor asomándose afuera del callejón.

— Uh..— Se queja Lucifer sosteniendo su cabeza con ambas manos. Cuando el castaño voltea a verle, ve como poco a poco las alas del rubio comienzan a esconderse dentro de su espalda; Su cuerpo qué antes estaba levemente tonificado comenzó a volver a ser delgada, era como ver a un pequeño globo desinflarse.

Alastor corrió hacia su amado y lo sostuvo entre sus brazos, aparto un poco la cabeza por miedo a que los cuernos de este se clavaran en su cara pero estos también empezaron a esconderse hasta desaparecer de la frente del rubio. Lucifer suspiro cuando regreso completamente a la normalidad, también se aferro a Alastor abrazándolo.

— ¿Te dolió?—

— N-No.. pero se sintió raro.– Alastor suspiro aliviado aun que el si que sentía gran malestar en tona la zona alta de su pecho y hombros. Su camisa estaba sucia y llena de manchas de sangre.– Debemos entrar, deben curarte.—

— Si... vamos, Angel se alegrará de verte.– Lucifer asiente lleno de la mano con Alastor.– Además... quiero que me expliques algo que me dijo Angel sobre lo que me haz estado ocultando.— Lucifer se sorprendió un poco al oír eso, solo atino a asentir mientras caminaban en dirección al hospital.

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Angel no había parado de llorar en todo ese día, estaba agobiado y muy preocupado por el estado de Lucifer. Nada lograba calmarlo ni si quiera Husk o Molly, repetía que la única manera en que el estaría tranquilo es cuando Lucifer cruzara la puerta de la habitación en la que estaban sano y salvo.

Sin embargo, aquella decisión quedó a medias, el cansancio de llorar además de no haber comido nada por la tarde provoco que cayera dormido en la cama del hospital. Husk no se aparto de su lado y se encontraba sentado en una silla al lado de la cama sujetando la mano de Angel, Los delgados dedo de el peliblanco parecían pequeñas agujas qué pasan sobre su mano, el mayor solo se dedico a observarle y una que otra vez acariciar sus nudillos con su pulgar.

Escucho la puerta del cuarto abrirse, miro que se trataban de aquellos dos chicos. Alastor simplemente sonrió con notorio cansancio y Lucifer saludaba agitando su mano hacia Husk.

— Carajo, ¿los aplastó una pared? Se ven jodidos.—

— Gracias Husk, estamos bien.—