Capítulo 2: Secuelas.

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A la mañana siguiente Ronnie se despertó en un departamento que no conocía, incluso tenía otra ropa. Se asustó mucho, ni siquiera recordaba cómo había llegado allí, ni lo que había pasado la noche anterior y rápidamente se revisó viendo que todo estuviera en su lugar, suspiró tranquilo, sabiendo que no le había pasado nada. De repente, un montón de flashes de recuerdos pasaron por su mente, recordando que alguien lo había atacado y amordazado. Cuando de la nada entró el alfa, acaso sería aquel, el culpable de todo eso, no lo sabía, solo sabía que estaba muy enojado.

—¿Qué hago aquí? — preguntó sin rodeos con una cara estoica que podría haber hecho temblar los mismos muertos. Agarró del cuello más el alfa que, soltó la bandeja que traía en sus manos.

—Te... desmayaste...

—Mientes, no lo recuerdo.

El alfa soltó sus feromonas haciendo que el omega callera de rodillas sobre algunos pedazos de vidrio. Luke al darse cuenta de esto, se apresuró a levantarlo y sentarlo sobre la cama.

—¿No recuerdas nada?

—No, cobarde— dijo claramente enfadado e impotente Ronnie.

—Valla, tranquilo tigre, déjame explicarte, ayer te encontré y otro alfa te estaba atacando ¿Recuerdas?

Ronnie tuvo un par de flashes en la mente y se tocó la cabeza.

—Creo que algo recuerdo — pasaron por su mente ese mismo alfa ayudándolo —Si, me diste uno de tus supresores.

—Si, si ese fui yo te traje aquí porque no traías nada encima como para saber dónde vivías y tu seguro para hospital... tampoco tenía dinero para pagarte una cama privada... y dejarte en un hospital público, no me parecía prudente— mencionó el alfa guardando sus feromonas y agachándose a limpiar los pedazos de vidrio.

—Yo... lo siento, voy a arreglar esto— se disculpó rápidamente agachándose junto al alfa para recoger los pedazos de vidrio rotos.

—No hagas eso idiota— lo regaño al ver que juntaba los pedazos de vidrio partido y se terminó cortando con uno, haciendo su dedo sangrar noto que también Ronnie estaba sangrando de sus rodillas.

—Yo...

—Quédate quieto, estas herido— Luke levantó rápidamente el vidrio antes de que el otro se volviera a cortar.

—Lo siento— comenzó a llorar en silencio muy arrepentido de cada una de sus acciones.

Luke sin decir nada trajo una caja de primeros auxilios donde retiró con mucha paciencia los pedazos de vidrio del dedo y las piernas de Ronnie, además de aguantar los lloriqueos del más grande. Le puso una bandita tanto en sus dedos como sus rodillas, pero aquello parecía no ser suficiente, ya que unas silenciosas lagrimas caían por su rostro.

—Tranquilo, no es nada— entonces le dio un beso en el dedo donde se había cortado. Haciendo que los dos se miraran, Ronnie notó los grandes ojos del alfa, que resaltaban a pesar de los lentes que traía Luke. Sus ojos eran marrones oscuros como el chocolate que resaltaba con su piel blanca y sus pestanas y cejas negras eran un sueño.

Luke pudo ver con detenimiento los ojos del omega, eran verdes claros y su piel bronceada, a pesar de su cuerpo bien trabajado veía a un tierno omega dentro de él, que tenía muchas ganas de cuidar ¿Qué era ese pensamiento? Apartó su mirada y le sonrió

—Por cierto, no me dijiste tu nombre — dijo pensando en cosas más importantes.

—Ah... yo soy Ronnie Lee — el omega salió de esa burbuja que se le había formado.

—Mucho gusto Ronnie Lee, yo soy Luke, Luke Solo— los ojos de Ronnie se iluminaron por un momento, pero se oscurecieron de pronto.

—¿Acaso... acaso no pasaste la noche conmigo?

—No, no me gusta aprovecharme de la gente indefensa y más cuando es un lindo omega como tú— Ronnie se sonrojo y miró a Luke Solo con brillo, como si fuera su héroe, como si fuera su todo.

—¿Por qué no tomaste tus supresores?

—Yo... si los tome, se supone que mis supresores los tenía en bote de pastillas y recuerdo con claridad haber tomado una pero... creo que no funcionaron.

—Alguien te vio tomándolos?

—No, se supone que es un secreto que soy un omega, los omegas no pueden participar en los concursos de fisicoculturistas por su porte, pero yo como soy grande, pensaron que, era un alfa y así lo mantuve — dijo levantando los hombros con cierta indiferencia.

—Entiendo, bien... esto es extraño— pensó Luke sentándose en su cama, junto a Ronnie —últimamente he visto que a muchas omegas les cambian las pastillas en las farmacias para después abusar de ellos...

—Si, pero Sebastián solo era un compañero de gimnasio, él no sabe nada de mí a no ser que...

—¿Qué?

—Le gane una vez en una competencia de fisicoculturismo hace un año pero... no tengo más relacion que él, si no de un simple compañero.

—Entonces... alguien te está intentando sabotear, quizá alguien te ha visto tomando las pastillas o sintieron tus feromonas— la cara de terror se asomó en Ronnie, Luke de inmediato se dio cuenta de sus palabras —o es solo una suposición, nada de que asustarse Ronnie.

—Si, pero qué pasa si es real, me capturaran y me llevaran al extranjero para que alfas con poder se divientan conmigo— ocultó su rostro entre sus piernas y paso su mano por su cabeza claramente estresado.

—Bueno... quizas puedas quedarte unos días, hasta que esto se solucione.

—¿De verdad?

—Si, me sentiría muy mal si te pasa algo ¿Quieres comer algo?

—Si, por favor, muero de hambre.

Luke le sirvió una abundante cena a Ronnie, más porque no estaba seguro de cuanto comería, pero tenía que comer mucha proteína para mantener su cuerpo. Se lo llevó a la cama, ya que no quería que se moviera. Para su fortuna, Ronnie comió todo lo que le prepararon. Lo cuidó por los próximos tres días, de su trabajo le habían dado esos días, donde se dedicó a curar a Ronnie, que se veía muy afligido y asustado. Al cuarto día se armó de valor y fue a hablar con Ronnie.

—Ronnie— el mencionado se sentó en la cama.

—Si, Luke — el alfa se acercó y se sentó en a la orilla de la cama.

—Escucha, esto va a ser difícil, pero necesito que me digas que clase de supresores tomas y vallas al gimnasio a buscar tus pastillas.

—Si yo... No puedo, tengo miedo Luke y si me vuelven a atacar y no hay nadie para ayudarme — ambos desviaron la mirada sabiendo que era una posibilidad—. Pero puedo darte la combinación de mi casillero y sacar las cosas de allí y además mis rodillas aun duelen.

—Ahh bien Ronnie— busco de la mesa de luz una libreta con una lapicera —. Ten, por cierto, mañana vuelvo a empezar a trabajar, así que... vas a tener que cuidarte solo.

—Creo que puedo hacerlo.

Luke asintió y miró las especificaciones de los supresores que tomaba Ronnie.

—Mañana te traeré esto.

—Muchas gracias, Luke — sin muchas palabras Luke salió de la habitación. Dejando a Ronnie con sus pensamientos. 

Menta Granizada, una extraña combinación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora