Menta Granizada, una extraña combinación.

Capítulo 36: Punto Crítico, parte 5.

—Ronnie —el alfa sentía las humedad en su cuello y un amargo olor a menta. Su llanto era tan desolador que buscaría aquel niño solo para darle una lección. Luke abrazó a su omega—. Ronnie eres el omega más hermosos que he conocido, eres la luz de mi vida y el fuego de mi corazón, eres lo que espero ver cada vez que voy, eres lo que me da fuerza cada mañana para salir al trabajo, lo que le da sentido y la felicidad que siempre he buscasdo. Eres todo lo que tengo y lo que nunca quiero que me haga falta. Eres mi omega y yo soy tu alfa, así que ya no llores por favor que me destrozas. Y si hay alguien indigno de tu amor, soy yo.

Ronnie se quedó en silenció pero antes de que Luke pudiera decir algo más, lo beso.

A la mañana siguiente ambos despertaron desnudos con muchos preservativos usados tirads en el suelo y marcas de guerra en la piel, pero aquella declaración de amor había despertado todos sus instintos. No sabia cuan afortunado era, hasta que las alarmas comenzaron a sonar.

—No te vallas —se quejó el omega abrazando al alfa.

—Tengo que hacer este turno...— murmutó Luke adormilado.

—No te voy a dejar ir —el omega se acostó sobre el alfa.

—Si quieres otra ronda más...— el omega lo ignoró—. Si te traigo un regalo cuando vuelva...

Aquello parecio interesarle más ya que se salío de arriba del alfa.

—Volveré más tarde y podremos seguir— el omega resignado asintió, no por que quisiera los regalos, si no por que sabía que se le haría tarde al trabajo. Con un puchero en los labios agarró la almohada con la que estaba durmiendo Luke y se dio la vuelta abrazandola.

Luke suspiró y le dejo un beso en la espalda a Ronnie.

Entró a la ducha, se baño, se cepillo los dientes y se preparó con su traje, pantalón de vestir y una camisa blanca. El omega se había vuelto a dormir. Lo dejó durmiendo puesto que se veía muy cansado.

Ronnie despertó dos horas despues de que Luke se fuera, estaba agotado pero se lavantó, se duchó, cambió las sabanas, se preparó un batido con diez huevos, junto con los suplementos que le tocaban para hacer crecer los musculos. Tambien tenía las otras dos o tres pastillas para suprimir el celo y las feromonas, pero no quería tomarlas ya que le caían mal. Negó con la cabeza y se tomó todo.

Vomitó todo a los diez minutos de haberlo tomado. No sabía por que se sentía tan mal y se arrepentía de haber puesto las sabanas a lavar ya que contenían el aroma de Luke. Lo extrañaba y lo necesitaba a la vez.

Buscó en el armario de Luke y sacó barias de sus camperas que las puso en la cama alrededor de él. Y a pesar de estar en pleno verano se cubrio con estas. Volvió a quedarse dormido.

El sonido de la puerta lo espantó y lo hizo saltar de la cama. Al abrir la puerta estaba Richart.

—¿Qué paso? Se supone que teniamos que vernos hace rato.

—¡¿Ya son las tres de la tarde?! La última vez que había mirado el rejor eran las once— se lamentó.

—Dormiste una pequeña siesta —Ronnie se veía más que sorprendido—. Apresurate, yo tambien estoy cansado— se quejó Richart. El omega se preparó para salir al gimnasio y tan pronto estuvo listo ambos corrieron a la plaza para que las camioneta los llevara al gimnacio del entrenador Sergio.

Tan pronto como llegaro el viejo les gritó pero Ronnie no estaba allí quería volver a su cama improvisada con el muñeco de ropa de Luke, que en realidad eran un montón de ropa.

Como todos los días de entrenamiento los hacía correr, pero Ronnie no se sentía bien, no estaba al máximo, estaba my cansado. No veía la hora de volver. El mundo parecia ir en camara lenta y cada minutos parecia una hora. Hizo todos los ejercicios y los levantamientos que su entrenador le ordenaba o mejor dicho, le gritaba.

Antes de terminar, el entrenador le hizo intentar cargar los quinientos kilos a Ronnie, quien suspiró, pero fue hasta la estación, y los ayudantes pusieron todas las pesas...

Se puso en cuclillas e hizo el primer levantamiento, luego hizo la fuerza más grande levantando. Escuchó muchos aplausos y por un momento se sintió orgulloso de su logro. Pero todo empezo a dar vueltas y su visión se perdio, todo su cuerpo tembló ante el esfuezo. Sintió como un liquido bajó entre sus piernas y dio unos pasos atras al mirar al suelo había unas manchas de sangre manchando el piso de madera. Comenzó a escuchar de forma distorsionada las voces de su entrenador y Richart.

Se destabilizó por completo, escuchó un gran extruendo, sus piernas sedieron ante la presión y despues todo se volvió negro.

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Ni siquiera tuvieron tiempo de llamar a la ambulancia, Richart cargo a Ronnie hasta la camioneta y el entrenador los llevo al lugar donde trabajaba tanto Luke como Rosa.

—Si ellos se enteran adios contrato y los demandaré para que los encierren en la carcel —amenazó el entrenador mientras manejaba y el albino solo pudo abrazar al su inconciente amigo. Estaba muy preocupado.

Tardaron diez minutos en llegar y pasaron sin hacer tanto escandalo en urgencias, al recibir al grandote, el entrenador le dio un gran fajo de billetes a un doctor que parecia recien iniciar. Richart lo pudo reconocer como Alex, según Rosa, era un idiota, un idiota que los ayudo. Estaba nervioso por si alguien los reconocía, pero no fue así.

Le hicieron unos analisis de sangre, ya que no sabían que era lo que tenía y mientras esperaban se lo llevaron para que le hiciera un ultrazonido.

El entrenador también le pago al doctor para que le hiciera los mismos análisis a Richart, ya que no podía arriesgarse a perder a un campeón.

Le pusieron un suero al grandote y despertó a la hora que se desmayó, fue cuando les dieron el turno para el ultrasonido.

—Tranquilo, vas a sentir frio y veremos que no halla ningun desgarro— el doctor puso aquella pasta mientras que Ronnie se veia muy cansado.

—¿Que es lo que ve?— preguntó impaciente Sergio, el entrenador.

—Bueno... no es un desgarro, pero —busco una inyección que puso a través del suero—. Con esto estarás mejor, pero por ahora nada de ejercicio, ya que...

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¡¿Qué le pasa a Ronnie?!!!

Hagan sus apuestas xD.

Muchas gracias por leer e interesarse en esta pequeña parte de mí.

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