Richart llegó a casa, muy callado. Odiaba el celo con todo su mente y su corazón. Nadie le parecía lo suficientemente bueno para pasarlo y usar ese juguete, no era como Ronnie... Aunque le gustaría ser como Ronnie pero, no lo era, le faltaba coraje. Entro a la casa y se sorprendió al encontrar a la pelirroja en una bata blanca con el pelo medio mojado y con el cepillo de dientes en la boca.
—Ah, regresaste, ¿dónde fuiste? —preguntó con la boca llena de espuma que fue a escupir al baño. Richart estaba sonrojado, pero hizo su mejor esfuerzo por ocultarlo.
—Yo fui a entrenar.
—Bien, aun no tengo dinero suficiente, pero cuando pueda te compraré un celular, debe ser molesto andar sin uno así puedes avisarme donde estas para no preocuparme o solo deja una nota.
—Yo... No se escribir.
—Bien, puedes aprender, te enseñaré —decía despreocupada mientras inclinó la cabeza para apretarlos armando sus rizos con las manos.
—Si... Voy a darme una ducha —al entrar a su habitación cerró la puerta, dejó la mochila en un rincón de la habitación, sabía que Rosa no entraría en su habitación. Busco en la bolsa que le dio l entrenador un frasco pronto lo encontró y tomó uno de sus supresores para luego ir directo al baño, se dio una ducha refrescante. Solo se envolvió con una toalla y se acostó en la cama, cerrando los ojos.
Se despertó incomodó, inquieto, su corazón estaba muy acelerado y el calor en su cuerpo era muy alto intentó buscar los supresores sin embargo un dulce aroma lo atrajo más. Caminó por el pasillo para entrar a la habitación de la alfa. Intentó abrirla, pero, la puerta estaba cerrada, sin perder más tiempo la derribo.
La chica se sentó en la cama sorprendida por el estruendo.
—¿Qué te pasa? —le preguntó desconcertada, ella llevaba la bata blanca entreabierta dejando ver el medio de su pecho y solo llevaba puestos unos calzones negros, se tapó con la sabana—. ¿Qué haces? Vete, tengo que descansar, mañana hablaremos.
Se le hizo raro que no respondiera, lo miró con más detenimiento, pero la luz no ayudaba, cuando bajó la mirada notó que estaba desnudo y no solo eso tenía una gran erección y de sus piernas escurría un líquido, se cubrió los ojos y se dio la vuelta.
—¿Eres un pervertido? Ponte algo y sal de aquí —no podía sentir las feromonas, así que no podía estar en celo, no era eso o sí.
Rosa escuchó unos pasos y después sintió una leve ventisca. La había destapado, la chica se asustó y cubrió su entrepierna. Richart se subió a la cama, empujando a la chica contra la cama y agarró sus muñecas.
—Por favor, alfa, por favor... Rosa ayúdame con mi celo —pidió casi en una suplica—. Duele mucho, por favor, ayúdame.
En un mundo donde los omegas son capaces de dar a luz ya sea hombre o mujer... Los alfas tienen la capacidad de dar su semilla, no importa que sea hombre o mujer...
El albino se recostó suavemente en el cuello de la chica y bajó su mano apretando su ceno, pero no se detuvo allí, si no siguió bajando hasta la intimidad de la chica, donde ya su miembro masculino ya había salido de su cavidad. Ella tenía una gran erección.
—Mierda, Richart, tienes que tomar tus supresores —intentó separarlo con sus feromonas, pero eso solo hizo que el omega albino se retorciera arriba de ella.
—Hueles muy bien— volvió a hablar—. ¿Acaso no sientes mis feromonas? ¿No te gusto?
—No es eso, pero tienes que tranquilizarte— intentó calmarlo sin embargo él agarró su mano para ponerla en su trasero.
—Tócame, por favor
—Valla, parece que estas muy mojado— los glúteos blanquecinos estaban demasiado mojados. Rosa ya no pude resistirse y metió sus dedos, escuchando como el albino gemía sin control. Rosa ni siquiera pudo tocarlo apropiadamente que el otro se retorció para correrse encima de ella—. Richart.
—Alfa, tócame, por favor —atrajo sus manos para darle un beso en cada una—. Por favor, Rosa, mi alfa, hazme tuyo.
Rosa sin perder el tiempo, lo empujó y se puso encima de este.
—¿Estas seguro...?— no pudo terminar por que el albino la beso... Se dejo llevar por aquel omega.
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Menta Granizada, una extraña combinación.
RomansaUn omega que no parece omega, un alfa que no parece alfa. Un extraño ataque, un pasado de terror. Como si no tuviera cosas que hacer, ahora lanzo otra historia jajaja. Lo bueno, es que pocas personas saben quien realmente soy y no pueden juzgarme j...