Capítulo 18: Encuentros y secretos parte 2.

5 2 4
                                    

—Ya lo oyó, el no quiere irse— defendió al omega pero antes de decir otra cosa Richart ya había entrado—. Deténgase, si el no va por su propia voluntad, no pueden llevárselo así— sus palabras parecían en vano y al ver como el albino agarraba del cuello de la bata a su omega algo en él se quebró y ya no pudo contenerse mas. Soltó sus feromonas. Todos tanto Richart como Ronnie se doblaron en el suelo mientras que Danna se tapo la boca y comenzó a toser. Rosa sostuvo a la rubia, podía sentir el autenticó terror, nunca había sentido ese olor a chocolate quemado, excepto el día que olvido sacar unas bandeja de galletas de chocolate del horno y aun así las feromonas de Luke eran más fuertes. Pero sabía que su amigo no haría nada. Miró al hombre que había venido con ellos, lucía espantado, como si hubiera visto alguna clase de fantasma. Tan pronto como aquel hombre bajo y regordete reacciono, salió corriendo.

—Luke— le gritó pero pareció no escucharla—. Tu, cálmalo—. La pelirroja grito al omega que, a pesar se su miedo, intentó calmarlo con sus feromonas, solo entonces Luke parpadeo un par de veces y salió de aquel trance, para controlar sus feromonas.

—¿Ronnie estas bien?

—Luke, perdóname— lo abrazó.

—Ronnie... no hay nada que perdonar… Tranquilo.

Rosa levantó a Danna para dejarla sobre el sillón, fue hasta la oficina de Luke y reviso los cajones hasta que encontró un desodorante de ambiente que era capaz de anular el aroma de las feromonas del aire. Primero fue donde Danna para echar sobre ella. Buscó un vaso de agua que le llevó a la rubia para calmar la tos.

—Estoy bien, ayuda a Luke y al otro chico— le dijo la rubia, ya con su tos un poco mas leve.

Rosa roseo el aerosol  sobre la pareja de tontos que seguía en el suelo, el omega grandote estaba llorando en el pecho de Luke, quien intentaba consolarlo. Rodo los ojos ante la absurda situación. Si su amigo no estuviera enamorado de ese omega, ya lo abría echado.

Dio dos pasos más para ver el de cabello blanquecino que estaba en el suelo del apartamento, se agacho para revisarlo.

—Hey, ¿estas bien?— roseo un poco del aerosol sobre él, lo miró tenía la piel pálida y frágil como la porcelana, sus ojos se veían de un color verde muy pálido casi grisáceo, la respiración del chico estaba muy agitada, desordenada, como si tuviera fiebre. Puso la mano sobre la frente. No tenía una temperatura anormal, bajó la mano hasta la mejilla notando que la piel era aún más frágil de lo que pensaba.

Aquel hombre semi inconsciente puso la mano sobre la suya.

—Me siento muy mareado— admitió y con rápido movimiento la abrazó escondiendo el rostro en el vientre de Rosa, quien estaba atonica.

—Oye— le recriminó la pelirroja pero el albino la abrazó con más fuerza—. Luke, ayúdame.

—Tu aroma me calma— admitió el omega blanquecino, la pelirroja podía sentir como la respiración del albino se regulaba, así que lo dejó.

—Ronnie, cálmate— soltó solo un poco de feromonas para que el omega se calmara, ya que estaba muy agitado por todo el proceso.

—Vamos, ustedes cuatro, levántense de allí— apareció furiosa Danna aun con un paño en la boca—. O van a hacer un espectáculo o algo así—. Les recriminó y tanto como Luke y Rosa se pusieron pálidos ante la declaración.

Luke, fue el primero en pararse junto a Ronnie, que se veía muy mal. Mientras que Rosa no podía liberarse del agarre del blanquecino por mas que lo empujaba.

—¿Richart, estas mejor?— preguntó Ronnie, el blanquecino abrió los ojos de golpe para señalarlo con el dedo, sin soltar aun a la pelirroja.

—Tu, maldito gato calvo— se levantó y Rosa soltó un grito por que el albino no la soltó, la levantó en su hombro, como si fuera un saco de papas.

Menta Granizada, una extraña combinación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora