Capítulo 3: Nuevo hogar.

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Luke volvió a su trabajo y al finalizar fue a ver las cosas para Ronnie, compro supresores y algunas cosas para Ronnie. También fue al gimnasio que, para su sorpresa, no tenía ninguna de las cosas de Ronnie. Aquello lo sorprendió de sobremanera, preguntó por las cámaras de seguridad y también le dijeron que cada semana los registros se borran.

Aquello era demasiado sospecho, quisa no querían que nadie se enterara de quien hizo eso, o si había una conspiración contra Ronnie. También le cobraron el mes que no había pagado Ronnie.

—Pero el mes aun no empieza, apenas estamos a cinco—

—Políticas del gimnasio, si tiene quejas pueda hablar con el gerente, yo solo trabajo aquí— Luke estaba indignado, pero aun así pago el gimnasio. Llego a casa super cansado, Ronnie, ya estaba descansando. Mañana hablaría con él. Lamentablemente su trabajo era demasiado exigente y paso cuatro días completos en el hospital por un paciente, ni siquiera había podido volver a casa. En todo ese tiempo solo pudo dormir dos horas, en una camilla en la morgue.

Así siguió por tres semanas más, solo iba a dormir a su casa, ya casi había olvidado a su inquilino, hasta que tuvo un merecido día de descanso.

Al llegar a su casa, se costó en el sillón de su oficina, en un momento de la noche se levantó para ir a su cama. Estaba tan cansado que ni siquiera noto el bulto junto a su lado, solo se quedó dormido allí hasta que sintió que alguien lo estaba abrazando y por más que quería apartarlo no podía. Entre sueños comenzó a pensar, ¿de quién era ese gran y musculoso brazo? ¿Había salido anoche con otro alfa? No, eso no era posible, las preguntas rondaban en su mente hasta que fue lo suficientemente consciente de la situación para levantarse de golpe y muy confundido y pegó un grito en el cielo al ver a un hombre super trabajado durmiendo a su lado.

— ¿Ronnie? ¿Acaso no tienes casa que sigues aquí? — le reprochó Luke, después de que aquél grandote se adueñó de su apartamento en su ausencia. El gran omega que, por todo el grito de Luke había despertado miró hacia la cama.

—No, no tengo a nadie, solo hacía pequeños trabajos para ganar lo suficiente para ir al gimnasio... pero ahora... me da miedo ir hasta allí ¿y si alguien quiere atacarme de nuevo? Y si alguien... ¿Puedo quedarme aquí Luke? Por favor— le suplicó con unos grandes ojos que no había podido rechazar y tampoco se animaba a echarlo realmente, le gustaba su compañía. Además, si no mal recordaba, algunas veces que llegaba del trabajo tenía la cena lista o el desayuno.

—Tranquilo, tranquilo— dijo Luke avergonzado después de todo tenía grandes sentimientos encontrados con ese omega, que parecía de todo menos un omega. —Pero... no puedes estar aquí sin hacer nada. Tienes que...

—No te preocupes Luke— dijo como un gato calvo hiperactivo —hice la limpieza y el desayuno y además organicé este estante tres veces y... limpié todos tus libros dos veces.

—Bien tranquilo, supongo que si sigues como amo de llaves puedes quedarte— A Ronnie se le iluminaron los ojos y asintió agradecido. Aunque Luke permaneció en silencio, en su interior algo le preocupaba, Ronnie lo notó más no se atrevió a preguntar más de lo que le correspondía. —Aunque, creo que tendré que comprar un par de cosas para que ambos podamos vivir más cómodamente, además, necesitas más ropa.

—Ahh no te preocupes por la ropa, hace un par de noches atrás trajiste una bolsa negra llena de ropa que me probé y me queda genial.

—¿Enserio? No me acuerdo de eso.

—Si, mira— busco en el armario un pantalón color beige y una camisa blanca con una boina, se metió en el baño y cuando salió se sorprendió de sobremanera al ver lo bien que le quedaba, pero los botones de su pecho iban a explotar en cualquier momento y los pantalones le quedaban por encima de los tobillos.

Menta Granizada, una extraña combinación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora