—¡Luke! Que alegría verte —con grandes pasos se acercó y saludó con dos besos en la mejilla y una gran abrazo e ignoró por completo a Ronnie, quien parecía solo un mal tercio.
Aquella interacción se había vuelto incomoda en un momento.
—Hola Paul ¿cómo estás? —Luke sonrió nerviosamente y miró a Ronnie, el omega lo miraba con una ceja levantada. El alfa levantó la mano para apartar a Paul suavemente y carraspeo la garganta—. Tanto tiempo Paul, me gustaría presentarte a Ronnie Lee, mi pareja.
El chico pareció desconcertado un momento y llevó la vista al acompañante de Luke. Paul solo pudo ver dos grandes pectorales y tuvo que levantar la cabeza para poder ver el rostro de quien había ignorado, en ese momento comenzó a sudar en frio, impresionado por el gran hombre a su lado y se sintió intimidado, le sacaba al menos cincuenta centímetros de altura.
Ronnie se sentía molesto y aunque tenía una cara de pocos amigos, intentó sonreír. Para su mala fortuna, causó el efecto contrario al esperado, se veía más como un asesino en serie.
Luke que presenció esta incomodidad siguió la presentación.
—Ronnie, él es Paul, el vecino del piso de arriba.
—Es un gusto en conocerte —contesto el gran omega, sin soltar la mano de Luke y cruzo los brazos, haciendo lucir sus grandes brazos y pectorales.
Paul que ya tenía los ojos bien abiertos de la impresión, ahora se le caía la mandíbula.
Comparando a ambos omegas, Paul tenia unos ojos finos algo caídos, de color avellana. Además que era de la altura de Luke. Ronnie, por otro lado. Era grande, no tenía ni un cabello en la cabeza y tenía sus grandes músculos. El gran omega entrecerró los ojos. Haciendo que Paul, por instinto, diera un paso atrás, intimidado.
—No sabía que habían conseguido pareja Luke —forzó una sonrisa.
—Hace poco que estamos juntos— respondió el gran omega, haciendo temblar al vecino.
—No sabía que tenías preferencias por un gran alfa.
Esa última palabra hizo que los sentimientos, ya alborotados de Ronnie, se desparramaran como si fuera una gran presa a punto de romperse por toda la presión del agua.
—¡Yo soy su omega! —exclamó desde lo más profundo de su ser para entrar a casa corriendo.
—¡Ronnie! —Luke pasó las manos por la cabeza—. Lo siento Paul, envíale saludos a Erick— el alfa corrió tras el otro.
Paul tardó unos minutos en reponerse, escondió su rostro entre las palmas de sus manos.
—Agg mierda —se lamentó en vos alta y siguió su camino.
Ronnie entró al apartamento para encerrarse en la habitación principal y envolverse en la manta. Luke llegó corriendo tras de él, se detuvo en el umbral de la puerta para recuperar el aliento, la cerró y fue hasta la habitación. Golpeó la puerta.
—¿Ronnie? ¿Estas bien? ¿Qué te pasó?— se sacó la mochila para buscar el oso de peluche que le había regalado.
—Quiero estar solo.
—¿Quieres a Teddy?
—Déjalo en la puerta, ya lo buscaré —el alfa suspiró y abrazó el oso para impregnar su aroma en él, también se sacó la camisa. Puso algo de ropa a lavar, su camisa ensangrentada, la tiró, y de inmediato sacó la basura. Antes de salir se puso una simple remera roja.
Cuando salió vio a aquel niño que una vez había ofendido a Ronnie, estaba escarbando en la basura pero tan pronto lo vio, se fue corriendo. Parecía que también lo reconoció. Intentó detenerlo sin embargo ya se había escapado, acomodó sus lentes, tiró la basura y fue por las demás cosas la auto.
Al volver, sonrió al ver que tanto como la camisa como el oso ya no estaban.
—Ronnie, ¿podemos hablar? —el eco del suave golpeteo de la puerta resonó en el departamento—. Si abres, em... Te leeré dos cuentos —escucho como se removían las mantas—, y te dejaré pedir la comida y el postre.
—Si —respondió muy despacio. Luke entró a la habitación para ver al omega recostado abrazando tanto al peluche como la camisa. Se acercó a la cama para quitarse los zapatos y acomodarse en la espalda de Ronnie para besarle la nuca.
—Ronnie ¿qué pasó? —le susurró para comenzar a liberar más feromonas para tranquilizarlo. Tenía una leve sospecha de lo que le pasaba, y después de unos minutos de silencio agregó—. ¿No vas a hablar?
Ronnie se sentó en la cama, dejando ver sus ojos rojos e hinchados, tenía un pechero en los labios y fruncido el ceño.
—Luke, no sé, me sentí amenazado por ese vecino tuyo, Paul.
—No tienes que preocuparte, además, creo que le diste un buen susto.
—Lo sé, pero ¿por qué estas con un omega como yo? Cuando tienes a ese vecino —levantó la mano para limpiar sus ojos—, yo no tengo nada, no soy como él, soy todo lo contrario.
El de cabello negro se sentó en la cama e intentó pasar la mano por la espalda del gran omega calvo, sin embargo, este lo terminó por apartar.
—Luke, esto es serio, yo no tengo nada de bueno, Paul es más bonito, parece más un omega, yo soy un desastre y esto calvo—intentaba retener lo que sentía, pero las lágrimas resbalaban.
—Bueno —volvió a acercarse y agarró ambas manos del omega para unir sus frentes—. Él no es mi preciosos omega de ojos verdes, llamado Ronnie.
El mencionado se sorprendió e infló sus cachetes para mirar a otro lado
—Luke, lo digo enserio.
—Yo también habló muy en serio. Si te elegí, es porque tú me has dado tantas sorpresas. Tu determinación, tu impecable limpieza, tu comida tan exquisita, la disciplina que tienes para hacer todo. Nadie me había esperado tanto como tú, y ver tu sonrisa cuando llegaba simplemente hace que trabajar tanto valga la pena. Tu carita ansiosa cuando me ves probando tu comida son únicas y las caras que haces cuando tenemos relaciones, me hacen perder el control y tus gemidos son tan excitantes, incluso tus ronquidos es música cantada por los mismos ángeles. Y me vuelven loco tus ojos verdes, tu cuerpo, y no me importa que estés calvo. Lo que quiero decir, es que me enamoré de tu corazón, de tu personalidad, de tu curiosidad y como eres valiente al enfrentar la vida, cualquiera que hubiera pasado lo que tú, se hubiera rendido, pero tu estas aquí.
Ronnie se volvió rojo con algunas de las cosas que decía el alfa.
—Yo no ronco —se cruzó de brazos indignado—, no ibas a leerme.
—Tienes razón.
—Lee cinco ranas...
—Bien.
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Menta Granizada, una extraña combinación.
RomansaUn omega que no parece omega, un alfa que no parece alfa. Un extraño ataque, un pasado de terror. Como si no tuviera cosas que hacer, ahora lanzo otra historia jajaja. Lo bueno, es que pocas personas saben quien realmente soy y no pueden juzgarme j...