Capítulo 30: De vuelta al ruedo, parte uno.

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Ronnie se levantó temprano y se apoyó en el lavamanos apra mirarse en el espejo, paso la mano por su cabello que apenas estaba creciendo. Era poco pero había crecido en el tiempo que había llegado con Luke, suspiró pesadamente. Hizo un poco de espuma con el jabón de las manos y agarró la maquina de afeitar. Rapandose todo el pelo, hasta que quedó suave. Al terminar volvió a la cama.

—¿Estas bien Ronnie? —preguntó entre sueños el alfa.

—Si, si solo tenía que ir —se acomodó en la cama acostandose sobre el pecho de Luke. Era su lugar favorito para dormir en los últimos días. Luke le acariciaba la espalda parecía todo un sueño. Un sueño que no quería que terminará pero, el despertador comenzó a cantar haciendo que Luke se removiera—. ¿Tienes que traajar? Quedate por favor.

—Se que quieres que me quede pero, tengo que trabajar —Luke hizo una mueca, torciendo el labio con disgusto.

—No te vallas —dijo casi suplicandole.

—Tengo que irme— se levantó y buscó sus lentes, sin mucho exito—. Viste mis lentes.

—Si, estan frente tuyo— Luke palpaba la mesa pero no estaba ni cerca de encontrarlos así que se levantó levemente y los agarró para pasarcelos.

—Muchas gracias, soy un topo sin mis lentes —bromeo pero Ronnie se dio la vuelta para taparse con las sabanas.

—Tranquilo, mañana tendré un descanso y vamos a salir ¿te parece bien ir a un restaurante? —se acercó a él.

—Quiero ver una pelicula —se destapó y ver a Luke tan cerca lo sorprendió.

El alfa se apoyó levente sobre el otro y agarró la carita del omega para atraerlo, atrajo para besarlo. Un suave encuentro de labios.

—Me parece bien— dijo despues de separarse.

Ronnie estaba sonrojado, pero se sentía bien.

—Voy a darme una ducha— le avisó entrando al baño.

El silencio era ensordecedor para el omega pero se levantó para comenzar con el desayuno. Había visto un video de cómo hacer panqueques, se puso el delantal de gatitos rosado para empezar a cocinar.

El café era algo que no podía faltar para Luke, así que cuando dejó de escuchar el agua, encendió la cafetera. Estaba tan concentrado en preparar los panqueques que no notó cuando el alfa lo abrazó por la espalda.

—¿Qué haces?

—Solo disfruto de la vista —lo abrazó de la cintura y le acarició un glúteo a Ronnie. Haciendo que este último se sonrojará—. Déjame ayudarte.

—Imbécil, puedo quémate si... —antes de poder seguir reclamándole, le hecho una buena mirada a Luke, quien ya estaba cambiado, con una camisa celeste que resaltaba gracias al pantalón de vestir negro con zapatos. Amaba que el alfa se vistiera de esa forma. Ni siquiera podía recordar porque estaba enojado hace unos segundos. Daba gracias que aún no estuviera en su celo porque aquello lo había excitado mucho.

Luke llevó el café a la mesa y puso las tazas en sus respectivos lugares. Comieron y tuvieron una conversación ligera y trivial. Se despidieron con un rápido beso. Ronnie volvía a quedarse solo.

Se sentó un momento en la entrada de la puerta, unos minutos, esperando que Luke volviera y se arrepintiera.

Sin embargo, no paso nada...

Se levantó para buscar una mochila, encontró un bolso deportivo entre las cosas de Luke, esperaba que no se molestara. Allí guardó una muda de ropa. Antes de irse se aseguró de que todo estuviera limpio. Puso algo de ropa a lavar, pero, una de las camisetas de Luke tenía mucho su aroma. El aroma a chocolate. Un agradable aroma que le llenaba la boca con agua y no quería despegarse.

Miró hacia ambos lados, comprobando que no hubiera nadie y se golpeó en la cabeza, estaba solo. Así que se levantó con aquella remera en la mano, y poniendo el programa largo para que estuviera listo en cuanto llegará...

Metió la remera en su bolso, ya que su aroma lo calmaba. Agarró las llaves, el bolso y salió del apartamento, en el camino reflexionó lo que paso el día anterior.

...

Menta Granizada, una extraña combinación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora