Luego de 5 años la pareja que causó furor en los medios, _____ Benson y Lee Jong Suk, se vuelven a reencontrar inesperadamente en otra novela coreana escrita por su amiga en común Lana Song. La escritora estaba más que contenta de volver a traer a l...
Estaba saliendo de las clases con Amelia durmiendo en mi pecho. Normalmente, me gusta caminar de vuelta a la casa ya que se encontraba medianamente cerca, quince minutos caminando eran un buen paseo.
Abrí la puerta principal del edificio cuando un montón de flashes cegaron mi visión.
Me apresuré a tapar a Amelia con mi brazo mientras me adaptaba a los flashes.
—¡¿Sabía que Jong Suk y ____ terminaron?! —preguntó un paparazzi.
—¡¿Por qué no han dicho nada públicamente?!
—¡¿Volverá usted a las pantallas o se retirará ahora que es padre?!
Lana apareció entre el tumulto de gente justo cuando la bebé empezó a llorar. Con un pañal de tela cubrió la cabeza de nuestra hija y se volteó con ojos furiosos que hicieron retroceder un paso a los paparazzi.
—No voy a gritar —empezó bajito y todos los micrófonos se acercaron a ella, sabiendo que es mi esposa— Apaguen sus flashes antes que los demande del daño que le están ocasionando a mi hija y esposo —automáticamente los flashes se detuvieron, la bebé lloraba y yo seguía intentando calmarla—. Ahora, será mejor que se queden en silencio y redirijan sus preguntas a las empresas de las personas involucradas. Mi esposo y mi hija no tienen nada que ver con la situación. Se acabaron las preguntas. Con permiso.
Una de las reporteras iba a replicar, pero solo con la mirada que les dio cerró su boca nuevamente.
¿He dicho cuánto amo a esta mujer?
Caminé al auto de Lana que estaba estacionado al frente del edificio y senté a Amelia en la parte de atrás.
—Y espero sepan que nadie tiene la autorización de exponer a mi hija y mucho menos usar su imagen, si llego a ver una sola foto con su rostro en ella me haré cargo que dicha revista, periódico o website cierre permanentemente.
Lana se subió al auto en la parte de atrás junto Amelia y yo cerré la puerta.
—Y con ustedes, mi esposa, Lana Park —sonreí despidiéndome de las cámaras y subí al lado del conductor.
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—¡Mi amor, volviste! —grité en un susurro emocionado, la abracé con cuidado de no aplastar a la bebé en sus brazos y me vio alzando la ceja.
Luego de dejarla en su cuna y cerrar su cuarto, se volteó a mí.
—Sabía que no verías el celular y por eso vine.
—Estabas preocupada por mí y tu hija, por supuesto que viniste —sonreí sujetando sus mejillas. Sus cejas no podían estar más alzadas con sorpresa.
Le di besos en ambas mejillas sonriendo y me aparté antes que replicara.
Entré a nuestro cuarto con ella en mis talones. Me senté en el borde de la cama con ella a dos pasos de distancia de mí. Lleva tiempo distante, pero sé que mi esposa está ahí, simplemente tiene demasiadas cosas pasando por su cabeza, cosas que no ha compartido y parece estar por fin lista para eso.
—¿Quieres hablar? —pregunté con precaución al verla debatir consigo misma en silencio. Vio en mi dirección y le sonreí abriendo mis brazos— Ven aquí, corazón.
Se acercó a mí arrastrando los pies, sujeté su mano halándola hacia mí, sentándola en mi regazo y la abracé. Pasó sus manos por mi cuello, la escuché absorber su nariz y sentí mi hombro mojado.
—No tienes que decirme nada ahora, cuando tú estés lista estaré aquí para escuchar —besé su mejilla mientras subía y bajaba mi mano por su espalda.
—Bo Gum —me llamó. Por alguna razón sé que no me gustará lo que me dirá, cuando no me llama por algún apodo generalmente no es bueno— Creo... que quiero volver a vivir en L.A.
Me congelé en mi sitio y ella se apartó para ver mi rostro.
¿L.A?
—Últimamente, no me siento yo, no me siento bien, creo que tal vez me sentiría mejor en L.A... otra vez —murmuró— Siento que no hago nada bien, siento que en el trabajo estoy arruinando todo —se cubrió la cara con las manos, su rostro estaba totalmente rojo.
—Has estado trabajando hasta el cansancio, es normal que te sientas así, necesitas descansar —Lana empezó a negar con la cabeza y yo asentí a su vez—. Sí, corazón. Aunque no quieras necesitas descansar, nadie te está pidiendo que trabajes tanto.
—El trabajo es el único sitio donde puedo controlar algo —hipó y fruncí el ceño—. Me ofrecieron un trabajo en L.A. y me gustaría aceptarlo.
Creo que si me hubiese golpeado y gritado me hubiese sentido mejor a como me estoy sintiendo en este momento.
