🚨⚠️ Violación ⚠️🚨
Si eres sensible a este tema,
por favor no leas.---------------
—Tom, dime qué hago.
—No quiero meterte en problemas.
—No sé qué quieran, no sé quiénes sean, pero creo que tanto tú como Bill y yo, estamos metidos en sea lo que esto sea.
—No sé qué hacer. Obviamente no puedo llamar a la policía, y ni siquiera tengo el contacto de Frank.
—¿Quién es Frank?
—El responsable de que haya tenido que vender lo que hemos vendido.
—Ah.
Tomo mi celular y busco su contacto con la esperanza de tener su número, el contacto que tenía cuando ambos estábamos en Alemania. No lo tengo. Y aquí en españa el acuerdo fue que si había alguna situación por la que debiera localizarme, mandaría a sus hombres por mí.
—Espera —Luca me saca de mis pensamientos.
—¿Qué?
—Dices que no tienes el contacto del tal Frank.
—No.
—A pesar de haberte dado una cantidad estúpida de droga.
—Ajá.
—Y eras su dealer favorito en Alemania.
No eran preguntas, no sonaban a que me estuviera preguntando todo aquello, sin embargo, respondí cada una de ellas.
—Correcto.
—Llámame paranoico, pero…yo te daría mi número en caso de que necesitaras algo o yo encontrarte lo más rápido que fuera. Eras de confianza, ¿no?
—¿Cuál es tu idea en general?
—Me suena a que todo esto ha sido una trampa.
—¿Qué?
—Una trampa. Desde el principio.
—No… No debería ser así, Frank confía en mí.
—Pero se fueron de Alemania, prácticamente él te perdió sin saber por qué. Apuesto a que no durmió noches pensando que estarías en contacto con la policía.
—Jamás me atrevería a eso. Lo único que quería era salir de esto y vivir con Bill tranquilamente.
—Lo sé, pero él no tenía ni idea.
—¿Qué voy a hacer?
—Deberá llamarte en algún momento, si esto es obra suya, deberá llamarte.
—No puedo quedarme aquí afuera a esperar a que lo haga.
—Entonces entremos.
~*~
Los tipos que nos bloquearon afuera, me llevan por en medio del lugar, por en medio de la pista, y ellos apartan a la gente de mi camino. Del otro lado, en la barra sigue él. Sentado en un taburete hablando con Pablo.
—Aquí tiene señor —habló uno de los dos hombres, él giró aún sentado, me mira, moja sus labios y no sé si empezar a sentir miedo, náuseas o empezar a tejer un plan de escape tipo película de acción.
—Bill, Dios Santo, Bill. Has venido por tu cuenta o…
—Por mi cuenta.
—Sabía que uno de los dos era el más prudente. Ven.