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El cuidador llegó con el chofer, ambos entraron a la casa y nosotros salimos con las maletas, luego de unos minutos, el chofer salió y el cuidador se quedó en el interior de la casa.

—¿Están listos? —nos preguntó acercándose al auto.

—Sí, es todo.

—Bien, los llevaremos al aeropuerto y el resto corre por su cuenta. ¿Alguna duda?

—¿Frank les paga lo suficiente?

Mi pregunta les tomó por sorpresa a ambos, el chofer sonrió y Bill abrió los ojos de manera exagerada.

—Tom —me regañó.

—No se preocupe, el señor Frank es un buen jefe. Pero tengo prohibido hablar con ustedes de cosas personales —rezó como la primera vez. Por favor, aborden el auto.

Así lo hicimos y el señor condujo hasta el aeropuerto. En ocasiones volteaba a ver a Bill a mi lado, mantenía los ojos en sus manos, en la calle, en el cielo, en cualquier otro punto a donde pudiera concentrarse y lo único que yo quería hacer era entrar en su mente y saber el porqué la urgencia de ir al medico ahora. Entonces pensé en muchas opciones. Tal vez se sentía enfermo, algún resfriado o algo por el estilo. Y si no era nada de eso, tal vez era por querer hacerse análisis por lo sucedido. Y si es así, debe estar sintiendo un miedo horrible. Pero, ¿en verdad sería algo así después de que ya lo hicimos? Porque eso quiere decir que también yo debería analizarme y no era la primera vez que me sometería a esa prueba. Dios mio. Entonces pasé una de mis manos por encima de los hombros de Bill, tomé su barbilla y besé sus labios. Él sonrió, cómo sonrió.

~*~

Traté de mantener la calma durante el camino al aeropuerto, y cuando nos despedimos de él, el viaje en avión, aunque corto, fue desesperante. No entendí porqué apenas estaba sobrepasando todo. Y trataba de convencerme que no había nada malo conmigo, sólo una picazón en mis genitales. Y Tom parecía tan despreocupado, que intenté parecer igual.

—¿Por qué quieres ir al médico ahora? —preguntó cuando nos quedaban unos minutos para aterrizar.

—No hablaré de eso aquí.

—Solo imagino que tienes algún síntoma o señales en tu piel de…

—Para, por favor.

—¿Es eso?

—Sí, cállate ahora.

—Bien. ¿Cuándo te diste cuenta?

—No sé. Ayer.

—¿Estás seguro?

—Tom, basta. Es suficiente.

—Es que no me dijiste nada esa noche, me refiero a que esa misma noche pude haberte llevado al hospital. Y…

—Disculpa por no haber tenido cabeza para preocuparme por mi propia salud o la tuya, la cagué, lo sé, pero no tenía en mente ir a otro lugar que no fuera mi lugar seguro contigo.

—Tienes razón, lo siento —dijo por fin después de unos minutos en silencio.

—No quiero hacerte sentir culpable, eso ya lo he dicho, solo quiero que entiendas que me siento frustrado, no quiero recordar cómo lo hizo, ya no estoy seguro de nada acerca de lo que pasó, y se está repitiendo la historia. Perdón por ponerte en estas, solo que la picazón apareció apenas ayer… y no quería decírtelo, ni siquiera quiero pensar en qué podría ser. Solo quiero que alguien me diga que lo estoy sobrepensando y que estoy bien y que tú estás bien.

—Bien, lo sé y no te preocupes por mí…

—¡Claro que lo hago! —interrumpí manteniendo la calma en el avión.

In die Nacht - Recuperándote [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora