La cena terminó siendo sencilla en comparación a todo lo que había en mi mente. Y es que sin internet para buscar un recetario, ni imaginación, no podía hacer mucho más de lo ya sabía hacer. Aun así, Bill pareció contento por lo que había cocinado.
—Perdóname —dije después de pensar en cómo podría empezar a disculparme.
—¿Por qué?
—La cena, esta noche, la otra noche.
—No, entiende que no tienes la culpa.
—Entiéndeme que me siento una mierda. Perdóname, por favor.
—¿Sabes qué estás provocando con eso?
—¿Qué?
—Que me enoje porque no dejas de joder con el mismo maldito puto problema.
No dije nada más, siguió comiendo hasta dejar el plato limpio, yo seguí comiendo de igual manera y él se levantó primero después. Llevó su plato, con sus cubiertos y el vaso del que bebió jugo de naranja, hasta el fregadero. No pude dejar de verlo, enseguida tomó el plato, los cubiertos y el vaso que yo usé.
—Yo lo hago —dije levantándome de la mesa para ir al fregadero.
—No, déjame hacer esto.
—Bill, deberías descansar.
—¡Déjame hacer esto! —estalló—. No sé si no te has dado cuenta, o finges que está bien, pero desde ese día no has dejado que haga nada y ya me harté. Ni siquiera hemos tenido sexo. ¿Te doy asco después de que me violaran?
—No digas eso.
—¿Entonces? Tom, ¡estoy aquí! Sigo siendo el mismo que quiere sentir tus caricias y tus besos.
—Creí que estaría bien darte todo el espacio que necesitarás, ni siquiera quisiste ir a un hospital.
—¿Para qué? Harían preguntas. Y lo mataste además.
—Entonces un psicólogo.
—¿Pretendes que me acueste en un sillón y hablar de esto con alguien que no conozco? No le daré plata a alguien para que escuche lo que me pasó.
—Debes entenderme a mí, me siento culpable, no me das asco, me da pena que pienses eso porque creo que nunca he hecho algo como para hacértelo entender. Te amo, y lo único que quisiera es tener la habilidad para regresar en el tiempo e impedir que ese puto animal te pusiera las manos encima. Pero, por Dios, Bill, no vuelvas a decir, ni siquiera te atrevas a pensar que me das asco.
—Bien, pero entonces tómame, Tom, tómame aquí y ahora, cógeme y si quieres que olvide lo que pasó, hazlo muy fuerte.
No tuvo que pedirlo de nuevo.
***
Salí de su cuerpo, su pecho bajaba y subía descontrolado, aun así, cerró los ojos y se quedó completamente dormido. Entonces me quedé despierto, mirando su cuerpo cansado, al descubierto, sus tatuajes, su rostro limpio y fresco, debido a todo el cuidado que le da después de bañarse, me hace sonreír. Y entonces recuerdo que discutimos, me acerqué a él, dejé una caricia sobre su hombro, besé su mejilla. Y pude ver mi propia sonrisa, me vi sonriendo en un espejo falso frente a mí, recordé el primer día que llegó a casa después de cinco años lejos de mí. Recordé el primer beso que me atreví a darle, en su cuarto. Recordé el primer día que me atreví a hacerle el amor, recordé cómo temblaba en sus brazos y entre sus piernas. Recordé la primera noche durmiendo a su lado y la primera mañana despertando a su lado. Entonces recordé cuando mamá nos atrapó, pero también cuando Gordon nos ayudó, y por supuesto que recordé los arañazos en mi espalda, su saliva en mi cuerpo, sus caricias, su aliento, su lengua y sus labios. Estaba sonriendo. Seguí sonriendo.