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Mi corazón late rápidamente, el olor metálico que emana de la sangre de Luca ha cubierto todo el departamento, y me hace revolver el estómago, ver la cama vacía, donde había dejado a Bill casi inconsciente, me produce querer vomitar.

Ellos sabían que yo no estaba, sabían que iba a estar Luca y que no les costaría nada sacarlo si quitaban de su camino a Luca. Maldita sea, Frank tiene que ver en todo esto. Y sus hombres me siguen esperando. Vuelvo a la sala después de revisar toda la habitación, y en la mesa de centro, hay una nota en una servilleta de papel.

Tengo a Bill.
Y por favor,
ni se te ocurra
hablar con la policía,
tengo aliados.
Tienes 48 horas
para darme el dinero.
Te veo en el antro.

Sé que suena fácil, pero no tenía ni un peso ahora, todo se lo había dado a Frank, y Bill estaba con él, acababa de sacarlo de donde estaba con ese tal Phil y ahora, no sé en qué condiciones está. La desesperación toma control de mí de a poco, y solo tengo unas cuantas opciones. Ir con Linda para ver si me puede prestar algo, ir a un banco, o con Frank y rogarle que me perdone porque obviamente él fue quien le dijo a Giovanni que yo no estaba en el departamento.

Y… ¿qué debía hacer con Luca?

Saco mi teléfono para hablar rápidamente con alguien, ya sea Linda o Alicia, incluso pienso en Susana. Sin embargo, en cuanto paso por toda mi lista de números, aparece como una luz.

Presiono llamar y él contesta rápidamente.

—Hola, qué gusto saber de ti, hombre.

—Lo siento, lo siento, no sé a quién más llamar.

—¿Qué pasó?

—Es Bill. Y un amigo, Luca, está muerto en nuestro departamento.

—¿¡Qué!?

—¿Qué hago, Georg?

—A ver, espérate. ¿Se trata de Frank?

—Sí, pero no sé, hay otro tipo que quiere dinero, y se llevó a Bill, tengo 48 horas para pagarle, y mató a Luca. No sé qué hacer —y era cierto, lo único que sabía hacer a la perfección era llorar.

—Bien, vamos por partes. Vamos a confiar en que Bill está bien porque sólo quieren dinero. ¿Cuál es la cantidad?

—No lo sé, Bill me ayudó a vender droga en el antro del tipo, le dieron mucho dinero por poco, y ahora lo tienen.

—¿Mucho? Tom, concéntrate, ¿cuánto es mucho?

—No lo sé, tal vez… ¿tres mil euros? No lo sé. No lo sé, Bill vendió esa cantidad, tal vez menos.

—Oh bueno… Dios. Bien, ¿puedes conseguir algo de eso? Yo ya voy para allá, dame tu dirección, consigue lo que puedas y veré qué hago con el cuerpo.

—¿En serio?

—Hermano, ya estoy comprando un vuelo, ve y consigue lo que puedas.

—Georg…

—¿Qué?

—Te amo, amigo.

—Me lo pagarás de una forma porque dejaré sola a una señorita.

—Hermano, perdóname.

—Sal y consigue el dinero.

Los dos colgamos el teléfono y yo salgo del departamento como si en verdad no hubiera un maldito mañana, y es que así lo siento.

Voy a la tienda, la cuál es la más cercana y, y en el camino hablo con Linda, ella y Cinthia ya están ahí, recibiendo pedidos.

Cuando llego, trato de ser rápido y explicarles el problema sin tantos detalles del pasado, ambas tratan de convencerme de hablar con la policía, pero desisten cuando les digo que trabajan con policías no podía confiar en nadie. Linda logra juntar cien euros en efectivo, y me transfiere trescientos a mi cuenta personal. Cinthia es un ángel cuando logra transferir quinientos euros.

In die Nacht - Recuperándote [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora