VALENTINA.
Tuvimos que subir a la camioneta de Tina, que no sabía de dónde la había sacado, pero la tenía y era todo lo que me importaba en ese momento. Rama tan lindo como siempre, me iba preguntando si la cabeza me dolía por golpe que su boomerang dejó.
Llevaba más de diez minutos asegurándole que sí, que me sentía bien. Ese golpe era la menos de mis preocupaciones en ese momento.
—¿Segura que te sentís bien? ¿No te sentís mal, o- no sé, mareada? Decime la verdad.
Reí y apretujé sus mejillas —¡Estoy bien!
—¿Segura?
—¿No ves que estoy bien?— interrogué.
—Sí, pero-
Tina suspiró —¡Basta, Rama!
Solté otra risita, negando con la cabeza, y regresé, una vez más, la mirada al frente. Fruncí mi ceño y enfoqué la vista en lo que parecía ser una persona. Podía observar cómo movía los brazos en el aire y Rama pareció también darse cuenta de aquello.
—Tina, hay alguien allí— señaló el rubio.
—¿Eh?
—Allí— señaló una vez más —Para el auto.
Ella negó —¡No podemos parar!
—¡Para el auto, Justina!— le grité.
Uy, quizá me pasé.
Tina pasó de largo mientras Rama y yo pedimos y ordenamos que parara. Entonces, detuvo el carro, finalmente, y los tres bajamos enseguida de este a ver de quién se trataba.
Jadeé.
—Nacho...
El cachetón sonrió, aliviado —¡Bombón!
—¿Nacho?— Rama preguntó.
—¡Rama!
Los tres nos abrazamos emocionado y reí al sentir cómo Nacho besaba mi mejilla repetidas veces. La risa de Justina se sumó a la de nosotros.
—¡Cachetón!— exclamó esta.
—¡Urraca!
Los dos se abrazaron igual de contentos.
—¿Qué hacen acá? ¿Dónde estamos? ¿Qué pasó?
Ninguno de nosotros supo que responderle. Todo había pasado y a la vez nada.
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You're On Your Own, Kid || Casi Ángeles
Teen FictionDespués de abrir el libro de las ocho llaves, los chicos aparecen en distintos puntos geográficos; en un lugar distinto cada uno, desconcertados e incomunicados. A partir de ese momento, tendrán que descubrir cuál es su misión, enfrentando a todo a...