Después de abrir el libro de las ocho llaves, los chicos aparecen en distintos puntos geográficos; en un lugar distinto cada uno, desconcertados e incomunicados.
A partir de ese momento, tendrán que descubrir cuál es su misión, enfrentando a todo a...
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El sentimiento de angustia en mi pecho seguía, yo relacionaba eso con lo del viaje al futuro porque la noticia nos había dejado con un sentimiento algo.. agridulce. No sabía ni entendía como suponían las hermanas Bauer que siguiéramos con normalidad.
Las chicas y yo seguíamos en la estética de Hope y Mar se había, ido con la excusa de buscar un baño, aunque quizá se había ido para buscar a Thiago, la conocía perfectamente. Valeria se había ido por su clase de guión. Aunque parecía más entusiasmada por el profesor que la dictaba.
Mientras Jazmín hacía algo con mi cabello, vi que Melody se levantó y observó por la puerta. Negó y frunció el ceño, algo enojada.
—¡Volvió esta mina!— exclamó.
Arqueé una ceja —¿Quién? ¿Qué mina?
—¡Maia! Ah, no lo puedo creer, no lo puedo creer.
—¡Qué importa, Melody!— Jazmin le respondió, y Melody la miró —¡Sebastián es más lento que una babosa! No pasa nada— le aseguró.
—Era, era, no sé si será el viaje en el tiempo o qué, pero está más desbocado que nunca.
Opinaba lo mismo. Sebastián andaba distinto, tan desbocado como Melody decía. Si no le ponía bien los puntos, terminaría perdiéndolo.
—Melo, es muy fácil, gordi— Tefi habló y giró para verla —Vas y marcás territorio.
—No, gordi, si yo voy, lo agarro infraganti— le dijo Melody —¡Y lo único que logro es ser la policía! Y.. ella, lo prohibido, por lo tanto, lo deseado, ¡y no es así! ¿Entendés?
La miramos.
—Yo opino lo mismo que Tefi— le hice saber —¡Le tiene que dejar las cosas en claro! ¿Vas a dejar que coquetee con cuanta mina se le ponga en frente? A mí no me gustaría eso, y creo que a ti tampoco, eh.
Las chicas me dieron la razón.
—Es así, Melody. Valentina tiene razón.
—Concuerdo totalmente— Tefi asintió.
Ella se acercó negando —Les voy a decir una cosa, ¿mmm?— pausó para mirarnos —Si un hombre se desboca, los demás se contagian.
¿Estaba tratando de decirnos algo?
Tefi saltó enseguida —¡Melo, no me quieras meter cosas feas en la cabeza! Yo ya sé que Luca está... él está súper enamorado de mí, ¿o no? ¿O sí?
Asentí —¡Es obvio que sí! Te ama.
—¡Sí, sí! ¡Sí, claro!— Caridad habló —Miren, si los tenemos con la panza bien llena... ¿para qué van a irse a pastar a otro pastizal? Es así, ¿no?
No respondimos y ella continuó.
—Jirafa, mi gaucho está muerto conmigo. No sé lo de... lo de las chicas— se encogió de hombros.
