VALENTINA.
Estaba en el comedor con gran parte de los chicos. Tina había decidido cocinar y me encantaba lo que preparaba, tenía muy buena sazón, así que me uní, eligiendo un lugar entre Lleca y Simón. El primero estaba mucho más animoso que antes y aquello no pudo ponerme más contenta. Amaba que todos los chicos estén felices.
Reí cuando Simón comenzó a besar mi mano y me acerqué para darle un beso corto en los labios. Era un dulce de leche y amaba sus atenciones hacia mí demasiado. Cada vez que me miraba con esos ojos, cada vez que me sonreía... lo amaba.
Escuché una arcada fingida y miré a Sebastián que nos miraba con una mueca de asco.
—¿Pasa algo, Sebas?— pregunté, sonriente.
—Sí, ustedes dos— nos señaló.
Puse los ojo en blanco —Envidioso.
—¿Envidioso? Nah. Sos un pollerudo mal— le dijo, burlón, a Simón —Estás hasta las manos.
—¡Mejor!— exclamó Tina —Más amor, menos- Ay, no me hagan caso— rió, nerviosa.
Lo dejamos pasar.
—Igual, es entendible, man— habló Nacho —A ver, ¿quién no estaría así por la bombón?— señaló, con voz coqueta —La suerte que tiene este naipe.
Reímos y Simón sonrió orgulloso.
Camilo se acercó en plena comida y Tina extendió, sonriente, uno de los platos para que este lo oliera.
—Cúrcuma— adivinó él.
—Ay, qué olfatorum rectorum.
Camilo sonrió y miró a León —Lleca, ¿me das una mano con la cancha de fútbol?
El rubio lo miró entusiasmado con la idea.
—Las dos, buenísimo, dale, sí.
—¿Sí?
—Sí.
Intercambié una mirada con Hope y ella me guiñó un ojo cómplice. Ambas, en privado, quedamos en que íbamos a levantarles los ánimos a Lleca y tuve, primero, que hablar con los chicos. ¿Los amenacé? Puede que sí, pero solo un poco.
—Y después tengo que ir a la chacra donde hago el intercambio de productos orgánicos, que hacemos, acá, por leche— Camilo continuó —No sabés lo que está la hija del dueño.
—¿Enserio?— el rubio preguntó.
Enseguida todos empezaron a celebrar a Lleca. Yo me puse de pie para agarrar un vaso, y choqué con Hope los cinco, disimuladamente.
—¡Seguro se la gana, se la gana!— alentó Tacho, le sonrió a Lleca —¡De una!
Nacho lo secundó —La levanta pero mal.
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You're On Your Own, Kid || Casi Ángeles
Teen FictionDespués de abrir el libro de las ocho llaves, los chicos aparecen en distintos puntos geográficos; en un lugar distinto cada uno, desconcertados e incomunicados. A partir de ese momento, tendrán que descubrir cuál es su misión, enfrentando a todo a...