Después de abrir el libro de las ocho llaves, los chicos aparecen en distintos puntos geográficos; en un lugar distinto cada uno, desconcertados e incomunicados.
A partir de ese momento, tendrán que descubrir cuál es su misión, enfrentando a todo a...
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NARRADOR OMNISCIENTE.
Como todas las mañanas, Esperanza transmitía su programa de radio, desde su spa. El colegio entero escuchaba. A todos les agradaba ya que era una de las buenas formas de empezar el día. Solía colocar, además de buena música, momentos de chismes y casi nunca faltaba las risas y buena vibra. Pero esa mañana algo cambió. Comenzó su programa triste, con un tema de José Luis Perales.
Le bajó un poco el volumen para hablar.
—Parece que llegó el otoño. El otoño, qué estación inmunda, realmente. Personalmente, me deprime, me deprime muchísimo y quería de-
Se detuvo al ver que Mar entraba al spa.
—Esponja, probame peinados para mi casamiento vamos ya a-
La castaña calló al ver que Hope le hacía señas con una mano, indicando que estaba al aire. Mar abrió los ojos y señaló su bozo, donde Hope tenía crema. Este ignoró aquello y continuó.
—¿Por qué a nadie le gusta el otoño?— preguntó y negó —Mi madre diría que "no hay tal crisis", pero en este caso, amigos... creo que la hay.
Mar la miró confundida. Era raro ver así a Hope e intuía que algo malo le pasaba.
—En el otoño se marchitan las flores.. las horas de luz se acortan, vienen los días fríos... el otoño llega sigiloso, casi sin avisar. Despacha al verano.. y nos deprime a todos.
El campus lucía tal como Hope lo estaba relatando en su programa; los árboles que solían verse verde, ahora se veían mustios. Un viento fuerte despertó. Las nubes empezaban a oscurecerse, y olía a lluvia.
Valentina, afuera del colegio, se frotó los brazos al sentir una brisa friolenta pasar y observó como las personas comenzaban a entrar a la residencia para evitar la lluvia para parecía acercarse. Alguien más llamó su atención en aquel momento. Su mirada la posó sobre Luca que iba atravesando el campus un poco sospechoso.
A unos metros de distancia, Jaime y Luna estaban discutiendo y Thiago se había detenido a espiarlos con más interés de lo debido. Jaime sentía que sus esfuerzos para conquistar a Luna fueron en vano y sintió como sus esperanzas se esfumaban cada vez más cuando ella le hizo saber sobre su confusión y necesidad de querer estar sola.
En la cocina, Tina preparaba chocolatada para los chicos mientras escuchaban el programa de Hope.
• Porque el otoño es triste... •
Se pudo escuchar por los parlantes.
—Triste, triste como velorio sin llorona.
Rama, Sebastián y Nacho suspiraron, sentados en una de las mesas. Simón miraba a sus amigos que, evidentemente, estaban decaídos y mal por lo que, en ese momento, estaban pasando con sus novias.
