Después de abrir el libro de las ocho llaves, los chicos aparecen en distintos puntos geográficos; en un lugar distinto cada uno, desconcertados e incomunicados.
A partir de ese momento, tendrán que descubrir cuál es su misión, enfrentando a todo a...
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Las chicas y yo nos cambiamos y enseguida, todas salimos para encontrarnos con los chicos. Ellos ya estaban afuera también uniformados, observando.
Me junté con Simón y este me sonrió antes de que dejara un beso en mis labios. Agarró mi mochila y observé como se la colgaba en el brazo.
—Gracias— le sonreí, sujetando su mano.
Me sentía como una niña perdida entre todo esto.
—¿Estás nerviosa?— preguntó.
Bufé —Más que nerviosa. Quiero ir a casa, quiero.. quiero ver a mis papás, estar con ellos.
—Perdoname, mi amor— suspiró —Pero no puedo parar con este delirio, no sé qué me pasa.
Aquello me hizo reír.
Sebastián se metió —¿Y no podés traer a Maia, eh, en ese supuesto delirio tuyo?— susurró.
Le di un golpe en la nuca —Te recuerdo que tienes novia— lo regañé —Deja de pensar en Maia.
—Ay, bombón, no estés celosa— me guiño un ojo y yo puse los míos en blanco —¡Yo sé que me querés, che! Pero disimulá un poco que está Saimon.
—¿Quieres que te golpee de nuevo, eh?— amenacé.
Sebastián solo se echó a reír.
Paz y Esperanza, salieron y todos las miramos, sin saber qué decir o hacer. Teníamos colegio, aunque no deberíamos de asistir aún porque me parecía el momento menos adecuado y muy apresurado.
—Bueno tíos, chicos...— Paz comenzó.
Silencio.
—Bueno, llegó el momento de ir a clase— anunció.
—No, no, no— Tina se colocó en medio —¡Tiempo, tiempo! Pregunta, si esto es el futuro, y nosotros.... nosotros viajamos al futuro, nuestros nosotros del pasado, ¿se quedaron allá? ¿o allá no quedó nadie?
Muy buena pregunta, pensé.
—No, eso- después yo te explico— Paz le dijo y nos miró a todos sonriente —¿Ahora sabés que quiero? ¡Una gran foto familiar!
Tratamos de negarnos, pero las Bauer no pararon. Esperanza le entregó la cámara a un chico y vino a nosotros para colocarse en medio con Paz.
—Digan...
—Lifting!
Click.
Hope recuperó su cámara y Paz aplaudió.
—Bueno chicos, antes tengo que decirles una cosa.
¿Más reglas? Pensé.
—Si alguien está planeando ratearse, les comunico que, este campus, cierra las puertas a las diez de la noche y después nadie puede entrar— Paz informó mirándonos —Así que si alguien lo va a hacer tiene que venir antes de esa hora, sino lo lamento, van a tener que dormir afuera y no se los recomiendo.
