Se escuchan murmullos; gritos de ayuda. Mi vista al cielo, observo, un hermoso cielo, una mezcla de colores que se unifican... Pronto todo se volvió oscuro, y al despertar... ya no estaba en mi mundo. Pronto descubrí dónde estaba, un mundo nuevo, de...
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Capítulo 40 — Gracias —
Creo que siempre hay cambios en nuestra vida, y esos cambios vienen de la forma más inesperada.
— Ya me voy — grité mientras salía del departamento. Raiha, mi hermana, se despidió de mí.
— ¡Que te vaya bien, hermanito! — dijo Raiha. Yo sonreí y la miré.
— No podría irme mejor ahora — afirmé mientras cerraba la puerta detrás de mí. Bajé las escaleras mientras recuerdos increíbles de felicidad me abrumaban. Todo estaba yendo tan bien.
[...]
— Buenos días, frutas — dijo Itsuki. Futarou asintió y respondió:
— Buenos días, Itsuki — replicó. Itsuki sonrió y entró a la escuela.
Y aunque todo parecía ser como un sueño reconfortante, ella no parecía estar bien — pensó Futarou.
Tan solo dos días después, cuando nos encontramos de nuevo, ella parecía estar en trance. No sé qué estará pensando ahora, pero tengo la sospecha de que no es nada bueno — reflexionó Futarou. Pasó por la entrada y llegó hasta su salón. Su vida iba sobre ruedas. Sin preocupaciones económicas, solo centrado en pasar los exámenes, aunque en este momento eso no le preocupaba del todo.
— Los resultados fueron bastante buenos, ¿verdad? — preguntó Itsuki, con un tono alegre. Futarou asintió.
— Sí, mejoraron bastante — dijo Futarou, rememorando la vez en que las hermanas Nakano le mostraron sus resultados de los exámenes.
[...]
— Futarou, gracias — expresó Miku. El resto de las hermanas Nakano mostraron sus resultados de los exámenes. ¿Cuál fue su sorpresa? Que todas pasaron con un puntaje de 80 puntos en cada materia.
— Puedo morir en paz ahora — dijo Futarou, sintiendo una inmensa alegría que lo llevó al clímax del éxtasis. Su objetivo cada vez estaba más cerca, tenía confianza en que podría lograrlo.
— Felicidades a todas ustedes. Creí que estaríamos en el fondo para siempre, pero veo que basta con un poco de ayuda para que puedan pasar estos exámenes. Me siento orgulloso de ustedes, y creo — dijo Futarou — que podríamos celebrar esto. ¿Qué dicen? ¿A dónde vamos? — preguntó. Las hermanas, sorprendidas, no pudieron expresar palabra alguna durante un lapso de tiempo. Finalmente, la primera en hablar fue Ichika.
— ¿En serio eres Futarou? — preguntó Ichika en burla. Futarou, molesto, golpeó el escritorio y dijo:
— ¡Estoy siendo amable! Tan solo pensaba que merecían un premio por esto — dijo Futarou, avergonzado. Itsuki, quien lo miraba desde lejos, se acercó a él y tocó su espalda.
