Se escuchan murmullos; gritos de ayuda. Mi vista al cielo, observo, un hermoso cielo, una mezcla de colores que se unifican... Pronto todo se volvió oscuro, y al despertar... ya no estaba en mi mundo. Pronto descubrí dónde estaba, un mundo nuevo, de...
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Capítulo 53
— Secretos —
Era un nuevo día y Futarou lo sabía. Tras levantarse del futón, tan duro como siempre, se dirigió al baño para cepillarse los dientes. Sin embargo, en medio del trayecto, recibió una llamada en su viejo teléfono. Lo cogió con prisa y contestó mientras se cepillaba los dientes.
—¿Futarou? ¿Estás ahí? —era Itsuki, aunque le parecía un poco temprano para una llamada. Futarou murmuró un "Sí" poco entendible—. Tengo un trabajo para ti. ¿Quieres venir? —Futarou lo pensó detenidamente. Sabía que su valioso tiempo de estudio se vería reducido, pero también necesitaba el dinero.
[...]
—Siéntete como en casa —dijo Itsuki, abriendo la puerta de su habitación. Futarou, que iba detrás de ella, examinó el lugar en detalle. Sería la segunda vez que estaba ahí.
—¿Qué trabajo tengo que hacer? —preguntó Futarou. Itsuki se acercó al librero, uno de los tantos que había, y habló.
—Tenía pensado limpiar un poco todos estos libros, pero necesito ayuda —señaló una pila de libros apilados en una esquina de la habitación. Futarou sonrió, nervioso.
—¿No crees que son demasiados libros? —preguntó Futarou.
—En absoluto. Ahora ve por las cosas de limpieza que dejé en la sala —dijo Itsuki. Futarou asintió y se dirigió a la sala. Mientras el chico estaba fuera, Itsuki miró la puerta—. Si supiera que todos estos libros los escribí yo, no me imagino su reacción —pensó. Al rato llegó Futarou con las cosas y ambos comenzaron a limpiar.
Futarou era quien movía los libros para colocarlos en la cama. Itsuki, una vez que Futarou despejaba los estantes, comenzaba a pasar un trapo seco para limpiar el polvo.
—¿Y cómo te va, Futarou? —preguntó Itsuki sin mirarlo. El chico se giró para ver su espalda.
—Nada nuevo. Aunque parece que tus hermanas están mejorando en sus estudios —dijo Futarou.
—¿En serio? Debe ser algo bueno para ti —dijo Itsuki, que seguía sin mirar a Futarou. El chico asintió, dejando otra pila de libros en la cama. Fue por más libros.
—¿Y tu padre? ¿Cómo le va en su nuevo empleo? —preguntó Itsuki. Futarou tomó los libros uno por uno y los juntó.
—Jamás creí decirlo, pero parece feliz con su trabajo. No es algo que ponga en riesgo su cuerpo, así que está mejor que el otro empleo que tenía —dijo Futarou.
