51.- Y un tiempo después

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Capítulo 51— Y un tiempo después —

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Capítulo 51
— Y un tiempo después —


Habían pasado, suponía, cinco años desde la última en que visitó la tumba de Rena, pese a que las hermanas Nakano la visitaban cada 14 del mes. Itsuki no tenía contemplado venir, pero recordar aquella noche donde Rena le advirtió de su salud mental.

—¿Cómo va todo? —lanzo una vaga pregunta que bien sabía que no sería respondida, y eso estaba bien. Realmente no deseaba escuchar a nadie más ahora.

Se puso de cuclillas y junto sus palmas luego de dejar un ramo de rosas en la tumba. Comenzó a rezar por Rena, cuando escucho pasos cercanos a ella que iban en aumento. Abrió los ojos y volteo detrás de ella notando a una mujer, en su plenitud de juventud, con otro ramo de rosas.

—¿Maestra Rena? —pregunto la mujer y Itsuki frunció el ceño. A su mente llegó una idea.

—Olvide que esto pasaba —pensó T/n.

[...]

El olor a café salía desde afuera y permanecía adentro desde la mañana hasta la noche. Itsuki había pedido un café, y no más, pues no sé le antojaba mucho comer algo más. La mujer pidió otra café y una pastel de chocolate. La camarera anotó los pedidos y se marcho.

—Asi que eres su hija —dijo la mujer, que le veía atenta. Itsuki asintió con visible incomodidad—. Te pareces mucho a ella. A mi maestra, Rena —dijo la mujer.

—Me lo dicen mucho —dijo Itsuki.

—Ya veo... Por cierto, soy Hana ¿Y tú? —pregunto Hana.

—Itsuki —dijo Itsuki. La mujer, de nombre Hana, continúo hablando amenamente.

—Recuerdo que Rena decís que era madre de cinco. Yo pensé que mentía porque parecía muy joven para ser madre —miro a Itsuki—. Aunque veo que no lo hacía. En verdad eres madre —dijo Hana con una sonrisa.

—Rena no contaba mucho de su vida personal. En casa era lo mismo —dijo Itsuki.

—¿En serio? Cuando era mi maestra se la pasaba hablando de sus hijas y en especial de ti —dijo Hana y Itsuki ensanchó los ojos como platos.

—¿Cómo? —estaba confundida. O confundido. Poco importaba en este momento el termino.

—Si. La verdad es que siempre nos preguntaba sobre nuestros sentimientos, como nos gustaría que nos tratarán y las cosas que no entendemos —la camarera llegó con su orden y lo dejo en la mesa. Agradecieron y la camarera se marcho y con ello, Hana volvió a hablar—. Parecia una psicóloga con un plan para ayudar a alguien de nuestra edad —dijo Hana.

—¿De tu edad? —pregunto Itsuki, atenta.

—Oh, por aquel entonces tendría diecisiete años, aunque Rena debía tener unos treinta —dijo Hana mientras come de su pastel.

Reencarne En Itsuki NakanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora