ɢöʀɢüʟɛʀ || 𝚜𝚎𝚟𝚎𝚛𝚞𝚜 𝚜𝚗𝚊𝚙𝚎 [𝙷.𝙿]

Ú𝚕𝚝𝚒𝚖𝚊 𝚜𝚎𝚖𝚊𝚗𝚊 𝚍𝚎 𝚌𝚕𝚊𝚜𝚎𝚜

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— Así que Harry... ¿Tienes planes para estas vacaciones? — La profesora pregunta una vez que terminó de darle de desayunar al menor.

Había pasado 1 semana entera desde el incidente con la piedra, el pequeño Harry estuvo en la enfermería a pesar de que se sentía mejor. Esto debido a que tanto Madame Pomfrey e Ivette insistieron en que el infante debía estar en reposo absoluto.

Por supuesto eso no evitó que el famoso trio de oro se llevará un muy buen regaño por parte de Ivy, esa vez que Hermione y Ron fueron a visitar al de anteojos fue la perfecta oportunidad para llevarse el regaño. Los tres Gryffindors se disculparon por sus acciones y le dijeron a su profesora que no volverían a arriesgarse de esa manera, cosa la cual dudaba bastante la castaña.

En fin, después de haber cancelado sus clases ese día, la joven se dirigió a la enfermería como ya era costumbre con intención de darle su desayuno al pequeño Potter.

— Son vacaciones de verano y... tendré que regresar con mis tíos. — Hace una mueca ante la mención de sus únicos parientes, lo que menos quería era regresar a ese lugar.

— ¿Y tú quieres ir con ellos? — Pregunta notando su incomodidad, aunque la respuesta era obvia ella necesitaba escucharlo.

— No tengo opción, no quiero ser una molestia para los demás. — Admite jugando con un pequeño peluche que su profesora le regaló para que no se sintiera solo en las noches.

— No tienes que ir con ellos si tú no quieres. — Acaricia con ternura el cabello lacio del niño. — Puedes quedarte conmigo si así lo deseas.

Al escuchar eso el pequeño alzó la mirada con un notable brillo en sus ojos inocentes, parece que él no tenía que dudar tan siquiera en la solicitud. Su respuesta era muy clara.

— ¡Claro que si! ¿Pero a usted no le molesta tener una presencia más en su casa? — Agacha la mirada evitando el contacto visual.

— ¿Molestarme? Por supuesto que no, además Metyos te extraña. — Se sienta en la camilla abrazando con amor muy evidente a Harry.

Un abrazo donde se demostraba algo, la relación hermosa entre una madre e hijo.

Ambos se separaron cuando escucharon una tos fingida, voltearon sus rostros en dirección al sonido notando a nada más que Snape al lado de la camilla.

— Buenos días señor... Potter... — Alzó una ceja en seriedad. — Espero que, para mí desgracia, se esté recuperando.

— Severus. — Ivy le da una mirada de advertencia al mayor quien obviamente la notó pero decidió dejarlo de lado.

— Estoy bien profesor Snape, la profesora Ivy se ha encargado de cuidarme. — Harry, intimidado pero sin demostrarlo, responde cortésmente. — Ella me visita todos los días.