Imperio Otomano.
Esa noche la gran Sultana Ivette yacía en los aposentos de su esposo durmiendo tranquilamente, estaba nevando y se sentía el ligero frío en la habitación sin embargo las antorchas junto a la chimenea hacían un gran trabajo calentando los aposentos.
El mal presentimiento de Ivette se instaló en su interior cuando sintió al Sultán levantarse de la cama, choco con una mesa causando que está junto con él se cayeran. Por supuesto debido al ruido la joven adulta se levantó instantáneamente yendo junto a su marido.
— ¡Sultán! — Se agacha junto con él viendo su rostro pálido mientras agonizaba en silencio.
Tiempo atrás le habían diagnosticado una enfermedad al Sultán Ahmed la cual debilitaba su fuerza dejándole pocos años de vida. Fue preocupante por supuesto pero se mantuvo en secreto para no generar pánico o darle un motivo a los enemigos de actuar.
— Ivette... salgamos... por favor... — Susurra débilmente sin dejar de mirar los ojos preocupantes de su esposa.
Luego de que la Sultana dejara que él se apoyará encima de ella, ambos caminaron hasta un jardín secreto al cual iban para tener ciertas charlas o solamente disfrutar de un momento de tranquilidad.
A cortos pasos, y con dificultad, lograron llegar al jardín donde Ahmed no lo resistió más dejándose caer al piso siendo sujetado por quién fue su única esposa todos estos años.
— Sultán por favor... — Lo acuna entre brazos aguantando soltar sus lágrimas.
Fue algo gracioso en ese momento para la mujer, durante 17 años estuvieron casados y jamás pudo sentir amor por él, ese hombre le quitó todo su inocencia, su libertad e incluso su familia. Tanto daño le hizo pero después de todo aquí estaba soportando sus lágrimas por aquel tipo quien fue su esposo.
— Incluso en mis últimos segundos siguen sin llamarme por mi nombre... — Sigue viéndola sin apartar su mirada. — Creo que al fin comprendo que jamás me amaste...
— Yo... — Iba a negarlo, ¿Por qué? Después de todo este tiempo él fue quien la daño bastante, prefirió mejor guardarse sus palabras ya que... Era la realidad.
— No necesitas negarlo... tarde en darme cuenta... tal vez yo estaba tan enamorado que nunca me di cuenta de que no me correspondias. — Tose varias veces empezando a respirar con dificultad, un pequeño hilo de sangre se asomaba por su boca. — No te culpo... hasta apenas me doy cuenta de lo cruel que fui contigo.
Ivette siguió en completo silencio analizando cada palabra dicha por el hombre que estuvo atada durante 17 años, no podía creer lo que escuchaba. Se estaba disculpando con ella.
— Conviértete en la mujer más poderosa de la dinastía, se la Sultana más reconocida y te pido protejas a nuestros hijos... esa es mi última petición. — Su respiración fue lenta, una señal de que no soportaría más tiempo. — Perdoname Ivette... te amo...
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ɢöʀɢüʟɛʀ || 𝚜𝚎𝚟𝚎𝚛𝚞𝚜 𝚜𝚗𝚊𝚙𝚎 [𝙷.𝙿]
FanfictionUna Sultana que desde joven tuvo que pasar decenas de situaciones que la llevaron a un enorme sufrimiento. A pesar de aquello sus hijos eran su enorme felicidad pero de la noche a la mañana el destino se los arrebató. Dejándose llevar por su tristez...