Escapar

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No sabía que estaba haciendo allí, estaba muy oscuro y hacía mucho frío. Quería salir de allí y volver a casa. Pero no sabía dónde estaba mi casa. Luego también recuerdo que una agradable sensación de calidez me abrigó el cuerpo, esta, iba seguida de una oleada de dulzura. Como si estuviese saboreando algo muy bueno. Pero era imposible; allí en la nada era solo un ser inmaterial. Pero una desagradable sensación de asfixia me hizo despertar. Cuando abrí los empecé a toser sin saber bien que escupía, pero su gusto era exquisito. Busqué por el olor su origen, y lo encontré. Le cogí la muñeca y empecé a beber, me acarició la cabeza y me acercó a su pecho. Ese contacto me hacía estremecer, pero yo aún estaba concentrado en beber. Hasta que su voz me devolvió a la realidad:

-Gracias a Dios...

La parte racional de mi cerebro hizo apaciguar la parte de la bestia que se había apoderado de mi cuerpo "¿¡Qué haces?!, ¡Es Kena!". Paré de beber de inmediato. La miré a los ojos y me avergoncé.

-Gracias... -dije.

Ella me sonrió, me regaló esa sonrisa tan bonita que tenía y se desmayó en mis brazos. Cuando me percaté de todo lo que había sucedido me sentí orgulloso de ella. No era una mujer débil incapaz de sobrevivir por si misma. Ella era Kena, la mujer de la que me había enamorado. Arranqué un trozo de mi camisa blanca para vendarle la muñeca. La cogí en brazos cogí su arma, que en el instante se transformó en una pieza de colgante y mi espada. Todas mis energías estaban renovadas, y pude saltar de edificio en edificio sin problemas. Watt era el primer vampiro que enviaron a matarla, y no sería el último así que tendría que hacerme más fuerte para vencerles.

Kena había usado ese poder que le habían transferido los humanos para vencerle, y supongo que se ha vuelto más fuerte. Creo que es por eso que ayer, cuando la dejé dentro de las murallas, me convocaron para una reunión en el centro de la colonia para decirme que las operaciones estaban yendo mal.

Cuando volví a por ella ,ese mismo día, intenté percibir algún cambio en su genética pero no noté nada. Seguro que las operaciones no estaban yendo mal, seguro que se estaban cansando de intervenirla por una mísera petición (pedí que no la matasen, sino que la operasen para quitarle la enfermedad en vez de quitarle la vida, me hicieron caso porque saben que soy el favorito de la reina, por nada más). Seguro que Watt vino a matarla en nombre de los jefes. Pero no la matarán. Es demasiado fuerte para ellos, ella es algo que no pueden controlar.

Tenía que alejarme de la colonia cuanto antes, así que salí de la ciudad. La volví a llevar al sitio donde se despertó por primera vez después del rapto; a su casa.

Aún recuerdo como depues de que bebiera su sangre por primera vez, cuando luchamos delante las murallas, se desmayó y tuve que llevarla a un lugar seguro. Ese lugar seguro donde la llevé fue a su antigua casa; y es donde ahora la iba a llevar.

Llegamos a su pueblo al cabo de medio día viajando. Cuando entramos en su casa por el jardín ella aún seguía inconsciente en mis brazos. Estaba seguro que haber usado todo ese poder para vencer a Watt había sido demasiado para ella.

Aparté una de las rejas de metal y entramos en su casa. Su hogar era gratamente reconfortante, todo el ambiente olía a ella. Cuando estuvimos dentro de la sala de estar me dirigí al fondo de la sala donde se encontraban las escaleras para subir al segundo piso. Cuando estuvimos arriba fui hasta su amada habitación y la dejé encima de la cama. Me senté en una silla que había al lado y la observé. Nadie sabía que era. Un monstruo, una humana, una futura heroína... Ni ella misma lo sabía. Solo sabía que estuvo sujeta a muchos tratamientos y pruebas médicas antes de que Dante la salvase. ¿Qué como lo sé? Lo vi en su sangre.

Pero también había un recuerdo olvidado en su mente, era una memoria muy antigua, antes de que la operasen los humanos cuando era pequeña. En ese recuerdo se mostraban... ángeles. Eran mujeres y hombres hermosos con alas blancas a la espalda, la estaban mirando tristes y con ojos llorosos, ella los empezó a llamar, pero ellos no podían avanzar porque una pared de cristal lo impedía. Y ahí se acababa. Estaba plantándome la opción de que fuese un sueño muy profundo que ella hubiese tenido, pero este era demasiado intenso para ser un sueño. Pero ese recuerdo me hacía plantearme muchas preguntas, pero daba respuestas a muchas otras. Eso que vi en su mente, que ella ni sabe que existe, podría cambiarlo todo.

La muerte nunca te detuvo (Owari no Seraph)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora