Diferentes miembros, que componían un mismo ser. A eso se le podía llamar compañerismo, o compenetración. Yo los solía llamar familia. Pero ahora ya no busco un significado para esa palabra. Simplemente vivo esa sensación.
-¡RIOT A TU DERECHA! –me avisó Riptide.
Me giré y bloqueé la embestida de uno de los vampiros.
Luchábamos con mucho entusiasmo, codo con codo. Como si fuésemos componentes de un mismo cuerpo. Incluso los pequeños gemelos eran importantes.
-¡LUMEN! –gritó Astre, el hombre moreno.
Lumen acudió en su ayuda justo cuando lo llamó.
Estábamos luchando con un grupo de soldados, contra un ejército de vampiros, era imposible salir de allí con vida si no nos llegaban refuerzos. Mis compañeros luchaban fieramente y con seguridad, los soldados luchaban mecánicamente, como los habían entrenado.
-¡TREINTA C! –gritó el sargento.
Eso era un tipo de formación, en la cual los soldados se replegaban hacia él y quedaba el grupo más compacto. Entonces se ponían más o menos por parejas, y luchaban conjuntamente. Así se podían cubrir las espaldas. Pero si los soldados se replegaban nadie nos cubriría las espaldas, nosotros nos teníamos que replegar también.
-¡REPLEGAOS Y POR PAREJAS! –grité.
En medio de una batalla nadie replicaba las decisiones de nadie. Oíamos la orden y la atacábamos. Así de simple.
Yo me puse a cubrir la espalda de Riptide y él la mía, Lumen cubría la espalda de Astre y Scarlet la de los gemelos. Una máquina perfectamente engrasada.
Los refuerzos no tardaron en llegar y ganamos rápidamente. Al terminar la pelea nos volvimos a juntar y respiramos satisfechos.
-Bien hecho Riot–me dijo Scarlet.
-Gracias -suspiré yo.
Estábamos todos cansados.
-Bueno, ahora voy a reclamar el dinero a ese sargento y nos vamos al bar –dijo ella. Scarlet era nuestra gran capitana y le teníamos mucho aprecio.
Nos sentamos en el suelo para descansar y Astre se vino a sentar a mi lado.
-Eso del treinta c que había gritado ese sargento era un tipo de formación, ¿Verdad?
Asentí.
-¿Cómo sabías que significaba? – él quiso decir en verdad" ¿Eras una soldado antes de unirte a nosotros?", pero seguro que no quiso forzarme a hablar de mi pasado.
-Llevo casi un año luchando con vosotros –cogí aire- es normal que como a veces luchamos con soldados se me quede parte de su entrenamiento. Como las formaciones.
Mentía y él lo sabía. Pero no se enfadó por ello. Primero porque yo tenía todo el derecho a mentir, y mintiendo mostraba evidentemente, que sí, había sido soldado.
Scarlet volvió con una bolsa de dinero y nosotros la coreamos. Nos levantamos y fuimos al bar. Desmaterialicé la guadaña ante los ojos de asombro de los gemelos y empecé a andar detrás de ellos. Todos ellos tenían armas mundanas, que habían sido forjadas a mano. Lumen, el grandote, tenía un hacha. Scarlet luchaba con dos espadas, Astre y Riptide luchaban con una sola espada, más grandes que las espadas de Scarlet y los gemelos luchaban con hilos de hierro y cuchillos.
Llegamos a un pequeño bar-karaoke ya oscureciendo. Nos sentamos en una pequeña esquina, pedimos bebida y cenamos allí. Yo estaba sentada entre Lumen y la pequeña Claire.
