Abrí los ojos, la luz me acariciaba el pelo. Estaba dentro de la cama con los zapatos y tapada con una sábana. Notaba el sol que me acariciaba el rostro con sus cálidas lenguas de fuego.
Me dolía mucho la cabeza y no tenía ganas de hacer nada. Me levanté de la cama con mi mano derecha en la frente y miré a mí alrededor. Ni Scarlet ni Claire estaban en la habitación. Salí y las encontré, junto con los chicos, en la pequeña sala de estar-comedor. Estaban debatiendo algo, me senté al lado de Charlie, y Scarlet me puso al corriente de todo.
-El ejército del Bruc –el ejército al cual antes servía- está siendo acechado. Los vampiros han enviado un ultimátum, o se rinden o los conquistan.
-Pero si sus murallas son unas de las más fuertes y grandes jamás construidas –lo sabía de primera mano eso.
-La colonia que tienen más cerca ,y la que les va a atacar, se han unido con otras para poder conquistarles.
-Estábamos pensando en ir hasta Barcelona... -dijo Charlie.
-...pero si nos hemos de apresurar para poder llegaremos a tiempo- completó Riptide.
-Riot ¿Quieres que vayamos?
Tenía la cabeza gacha y miraba en un punto fijo, así que levanté el rostro y pregunté:
-¿Por qué me lo preguntáis a mi?
-Te nos uniste allí, así que deducimos que eras de Barcelona, normalmente no volvemos a los lugares de donde procedemos. Porque no queremos volver a nuestra antigua vida. Por eso te preguntamos si quieres que vayamos. Porque puede que no quisieras volver al pasado.
Permanecí unos minutos en silencio hasta que dije:
-Sí, sí quiero ir. Necesito ir, no quiero escapar más. Y ahora que me dispongo a afrontar la realidad, quiero contaros mi pasado antes de partir.
>>Era una comandante. La comandante Kena Riot. Antes de ser soldado los humanos me tenían presa en un hospital como conejillo de indias. Me implantaron un tipo de chip que alimenta mi lado psicópata y aumenta mis capacidades físicas en gran cantidad. Tres meses antes de cumplir mi cumpleaños un vampiro me raptó y me llevó hasta su colonia para que a base de operaciones me quitasen el microxip ese, para no tener que matarme. Salió mal y se cansaron de intervenirme. Me intentaron matar pero escapé junto con el vampiro que me había raptado, y cuando estábamos a las puertas de las murallas, lo raptaron y yo me quedé dentro de estas sin poder hacer nada para ayudarle. Yo lo amaba. Ese mismo día fue cuando os encontré.
Lo había soltado de sopetón. No me gustaba memorar esas operaciones tan dolorosas, que aún ahora me causaban pesadillas y recordar en como abandoné a Gabriel a su suerte. Como di la espalda a mis amigos, y en como huí de la realidad como una cobarde. Siempre había intentado mantener la compostura. Cuando estaba en la colonia y Gabriel no estaba me echaba a llorar y me acurrucaba en un rincón oscuro intentando olvidar lo sucedido.
No podía aguantar más la compostura y me eché a llorar mientras me abrazaba a mí misma.
-Mantén los ojos abiertos-me susurré.
Scarlet hizo un gesto con la mano para que todo el mundo se retirase, pero Riptide la cogió por el hombro y se miraron. Él no dijo nada pero lo entendió, y Scarlet también se fue dejándonos a Riptide y a mi solos. Se acercó a mí y se sentó a mi lado.
-Respira y cuando quieras, abre los ojos, y verás que no estás sola.
Respiré.
-No eres el primero que me dice que no estoy sola, además de que tampoco eres el primero que me miente al respecto.