Mini historieta (especial)

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Iré haciendo cortos, para que entendáis mejor la historia. Aquí os dejo con un especial de Yuu y Guren.Espero que os guste, lo hice con amor para mis lectoras. 

Gracias de corazón por leer mi historia, si alguna tiene alguna sugerencia o me quiere hacer una corrección recibiré sus palabras con gran felicidad.


Su cara era increíble. Tenía las mejillas rosadas por el esfuerzo, y la boca muy abierta para poder coger mucho aire. Corría hacia mí, mientras su pelo mojado volaba detrás de ella.

-Espérame -dijo entre jadeos.

Yo paré en seco para esperar a que llegase, para después volver a emprender el camino hacia el piso que me habían asignado como soldado raso y en el cual nosotros dos vivíamos. Esa tarde habíamos ido aa hacer la compra, pero a medio camino la lluvia nos alcanzó y estábamos volviendo a casa corriendo, porque yo no quería oír los truenos fuera de casa.

-Vamos –la apresuré yo.

Faltaban unos metros para que ella me alcanzase, pero un relámpago surcó el mar de nubes y empecé a correr instintivamente. Dejándola atrás. Al llegar al edificio pasé por el portal y subí las escalas corriendo a esconderme bajo la cama. Tenía miedo. Mucho miedo. Me tapé las orejas y cerré los ojos. La ropa mojada me robaba el calor del cuerpo, y yo no paraba de estornudar. Las gotas de lluvia que tenía en la espalda se mezclaban con el sudor frío que me provocaba el terror. Tenía ganas de llorar, pero unas manos húmedas me acariciaron el rostro.

-Guren –susurró ella.

-No me llames así, ese ya no es mi nombre.

-Lo siento –su mirada triste se clavaba en mis ojos. Un trueno hizo temblar la cordura que aún quedaba dentro de mi interior.

Me acurruqué aún más cerca de ella mientras me abrazaba con sus pequeños y frágiles bracitos. El compás de su corazón inquieto era la única distracción para olvidar la tormenta que sucedía fuera.

Cuando amainó salimos de debajo la cama y la tristeza que había tenido hace unos segundos en sus ojos se esfumó para dar lugar a la rabia. Me empezó a tirar cosas que encontraba del suelo.

-Para –le gritaba mientras la perseguía por todo el piso.

Estaba en medio de una rabieta, y parecía tener energías suficientes para hacerla durar hasta la noche. Entonces una idea brillante me acudió a la mente. Cuando me tiró una de sus muñecas preferidas en la frente de dejé caer en el suelo. Ella acudió a mí preocupada y cuando la tuve cerca la aprisioné con mis brazos estrechándola contra mi pecho.

-¡Suéltame! ¡Suéltame! –decía ella sin parar y zarandeándose en mis brazos.

-¿Qué te ha pasado? –inquirí yo.

-¡Me abandonaste sola en la lluvia! –estaba pataleando y me hacía daño en las piernas, así que la solté.

Me senté y me puse una mano en la frente.

-Sí, tienes razón –a causa de la rabia que le había causado le estaban empezando a salir otra vez las marcas púrpuras por la cara y el cuerpo.

Empezó a llorar.

-Me abandonaste –realmente estaba muy triste.

Me acerqué a ella y la abrazé.

-Sí, lo siento.

Estornudó y la cogí en brazos para llevarla a darse una bañera.

Luego de prepararle y de meterse dentro, me senté encima del váter y la obesrvé mientras se bañaba.

-¿Está bien de temperatura? –ella era como mi hermana pequeña.

-Sí.

Estaba jugando con los barcos y las sirenas que le había comprado. Aún tenía citarices en la piel y puntos de sutura. Se dio cuenta de que la estaba mirando las intervenciones que le había hecho mi padre así que ella intentó distraerme.

-¿Tú no te bañas conmigo Guren?

-Ya te he dicho que no me llamas Guren.

Ella hizo morros y repitió.

-¿Tú no te bañas conmigo, Dante? –en esos momentos ella tenía solo ocho años y aún quería que me bañase con ella, pero yo tenía catorce y, aunque la consideraba mi hermana pequeña, me daba vergüenza bañarme con ella.

-Hoy no.

Y siguió jugando.

-Yo me llamaré Yuichiro.

-¿De dónde sacaste eso?

-Ese nombre lo oí mientras estábamos hoy andando hacia el supermercado.

-No te cambiarás el nombre.

-¿Por qué no? -me miró indignada mientras daba un golpe en el agua.

-Porque amo tu nombre original, Kena.

La muerte nunca te detuvo (Owari no Seraph)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora