Seguían todos juntos como una gran familia, Astre y Scarlet tenían una hija. Los gemelos encontraron a una prima con su tía, Lumen se había podido reencontrar con su hijo de dieciocho años que había dado por muerto, el cual ya tenía mujer. Me los había encontrado hace unos meses cerca de la costa mientras yo buscaba a Gabriel, y cuando me topé con ellos me di cuenta de algo muy importante que había pasado por alto. El tiempo. Ellos ya eran mayores. Había pasado cinco años desde que partí de casa de Dante, pero lo más extraño era que los años no habían pasado para mí. Pero yo realmente no enteniendo nada. Tenemiamos un mundo que se había ido a la mierda y fue salvado por ángeles amnésicos, los cuales después de recordar más o menos que eran se han ido al mundo de los extraterrestres para exterminarlos por completo. Suspiré.
Ya me daba igual todo, mi único objetivo era encontrar a Gabriel.
Sentada en las rocas de delante el mar me froté los ojos y acerqué mi mano a mi barriga. Tenía hambre y se estaba haciendo de noche. Cogí las dos espadas que había hecho forjar y las colgué a mi espalda.
Y seguí andando.
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-Papa –el niño tragó la comida que tenía en la boca- ¿Tu sabes quién es La errante?
Su padre levantó la vista hacia su hijo de once años y se recostó en la silla.
-Claro, es una leyenda muy conocida ¿Por qué?
-Hoy hablamos de ella en clase, pero no sé la leyenda al completo.
Su madre permanecía callada mientras se comía su plato de sopa que había hecho para cenar.
-La errante es una chica que va en busca de su amor –el niño asintió- dicen que perdió el amor de su vida por culpa de un hombre que la tenía prisionera como su amante. Cuando logró escapar se puso en busca de su amor verdadero, pero como la luna vio que no lo encontraba le dio vida eterna.
-¿Al final lo encontró? –la chica de dieciséis años que había permanecido callada durante toda la cena por fin mostró interés.
-Nadie sabe cómo termina, solo se sabe que empezó en la era de los vampiros.
-Ah entonces...-su hermana interrumpió al chico.
-Cállate –ante el enfado de su hermano añadió –espera un segundo- y continuó hablando con su padre- entonces pasó cuando el tatarabuelo era un bebé, ¿verdad? En esa invasión de aliens que nos dejó con tan solo el trece por ciento de la población. La era del exterminio, como lo llamamos en sociales.
-Si creo que sí- dijo su padre.
La adolescente se levantó de la mesa y fue a su cuarto.
-¿Dónde vas Tara? –gritó su padre mientras subía las escaleras.
-A mi cuarto.
Ella entró y cerró con pestillo la puerta, se sentó en la cama y buscó en internet: La errante. Ya había oído hablar de esa leyenda, pero por alguna razón esta vez le resultaba familiar.
Buscó y buscó, pero siempre daba con historias modificadas, ninguna de ellas coincidía. Pero en una encontró algo que le llamó la atención, en esa, decía que el amor de la errante era un vampiro y que ella ya era inmortal.
Suspiró, no sabía que creerse y le empezaba a doler la cabeza de tanto buscar. "Lo mejor será que se lo pregunte al profe de historia" y se puso a dormir.
El día siguiente estuvo impaciente durante todas las clases para poder hablar con su profesor. Y al fin, ya terminaron y pudo conversar con él antes de se marchara a casa.
Con un poco de vergüenza llamó a su joven profesor.
-¿Podría hablar con usted un segundo?
-Claro, ¿Qué pasa? –se colocó mejor las gafas mientras se daba la vuelta hacia su alumna.
-Usted sabe sobre la leyenda de la errante ¿verdad?
Asintió. Tara se colocó el pelo rubio detrás de la oreja.
-¿Sabe cómo termina?
El profesor dirigió su mirada a las puertas del colegio, donde una chica joven de pelo moreno estaba apoyada contra la reja. Parecía como si esperase a alguien. Volvió a dirigir la mirada a su alumna mientras sus ojos azules se calvaban en Tara.
-No lo sé, solo sé que termina bien –diciendo eso dio media vuelta.
-¡Gabriel!-gritó Tara a su profesor- ¿Y cómo sabe que termina bien?
Él no se dio la vuelta, y siguió andando hacia esa chica, la cual le cogió la mano y se besaron.
Tara sonrió al ver a su profesor con su novia, a ella le encantaba el romanticismo.
Pero entonces vio como esa chica se daba la vuelta para mirarla a los ojos, pero no pudo verle bien el rostro, estaba demasiado lejos. En ese momento una voz femenina le habló en su mente.
"Recuerda, Reina"
Y ahí el final de la historia.
Espero que les haya gustado, y quiero que Yuri Sakamaki sepa que tiene esta historia a su disposición. Se la puede quedar y hacer con ella lo que quiera. Es suya. Solo quiero que si la va a usar que me avise.
Gracias por las visitas y las sensuales estrellitas. :3