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Omnisciente pov's

Maggie había logrado alquilarse el departamento que había ido a ver. Realmente la primera vez que entro quedo hipnotizada, no había más lugar "ella" que ese mismo, no era muy grande pero muy chico tampoco.

Tenía un living comedor bastante amplio, una pared separaba la cocina y después había un pasillo que la llevaba a su habitación, el baño y una habitación más que tenía de sobra por si algún día alguien se quedaba. También contaba con un balconcito pequeño pero hermoso, todo estaba ambientado muy minimalista tal y como le gustaba a Maggie. Igual lo más probable es que ella les de su toque a todo ya que los dueños del departamento le permiten el libre acceso a rediseñarla si no le gusta, pero ella solo iba cambiar algunos mínimos detalles, luego todo le gustaba.

Con respecto a Enzo el al igual que su amiga no sabían nada, ella quiso hacerlo de sorpresa porque sabía cuan feliz se iban a poner ambos, pero se le estaba dificultando mucho trasladar todo lo de su antigua casa y su mejor opción para este momento era el morocho. Con el iban bastante bien, no habían parado de enviarse mensajes este ultimo tiempo pero sus horarios no coordinaban una juntada entre ambos.

Enzo ya quería volver a verla, el miércoles la había visto y hoy sábado que tenía el día libre pensaba invitarla a hacer algo.

Si bien habían hablado bastante por WhatsApp él quería volver a verla, por eso es que marco el numero de la chica y espero hasta que esta conteste.

-hola? Enzo? Todo bien?- contestó ella con un tono de cansancio que confundió a Enzo al escucharla agitada.

-bien y vos? Estás ocupada?.

-mira, no se lo quería decir a nadie pero se me esta haciendo más difícil de lo que tenía pensado- hablo ella- conseguí un departamento acá en el centro y me estoy mudando pero se me esta haciendo muy difícil.

-ey eso es increíble, necesitas que te ayude? Yo estoy acá tirado en mi casa así que...

-si porfas, ahora te paso la dire por mensaje, posta gracias Enzito- él sonrió y luego de despedirse cortaron.

Si bien no era el plan que tenía planeado le servía. Que Maggie haya logrado mudarse era un gran paso, el no había dejado de pensar en la escena esa y lo que probablemente le hayan hecho ese día que volvían juntos de cenar.

El no entendía como había gente que la lastimó tanto a ella, que para el es un ser de luz. Gente que la menospreciaba solo por sus problemas... acaso estaban enfermos?.

Se cambio rápido, agarró sus cosas y se fue a donde Maggie le indicó. Le mando un mensaje avisándole que estaba afuera y espero a que ella le de el pase para poder subir. Cuándo llegó al departamento numero 24 del séptimo piso tocó la puerta.

-buenas- una Maggie contenta lo recibió con un abrazo que expresaba cuán emocionada estaba por el cambio.

-todo bien?- el la abrazo fuerte y ambos entraron-felicitaciones.

-gracias, gracias, veni que te lo muestro.

La pelinegra le mostró todo su departamento contenta y Enzo sonreía como bobo al verla tan feliz.

-y que te hace falta?- preguntó el luego de haber recorrido todo el departamento.

-y bueno, de a poco voy a ir comprando cosas que me hagan falta, para la cocina y eso, cuando me vayan cobrando, ahora tengo que ir a buscar las ultimas cosas que me quedaron en mi casa allá y pasar a comprar cosas a algún supermercado porque no tengo nada.

-dale, vamos, tengo el auto abajo- Maggie agarró su cartera y salieron.

En el camino charlaron de todo, de lo contenta que estaba ella por poder salir de esa casa donde tantas mierdas pasó. Cuando llegaron Enzo se iba a quedar en el auto, no quería entrar y que Maggie tenga que pasar un momento de mierda como el de la primera vez, pero cuando ella le pidió que baje el sin chistar bajo y ambos entraron a la casa.

Ni bien atravesaron esa puerta el olor a cigarro, alcohol y drogas lo inundó a Enzo. Quién sin decir nada la siguió a ella hasta la qué suponía que era su habitación.

La ayudó a guardar todo lo que le quedaba y fueron sacando todo, los papás de ella no se habían aparecido hasta el ultimo momento, cuándo estaban sacando la ultima bolsa ambos salieron de la casa enojados.

-que te pensas que estás haciendo?- gritaron llamando la atención de ambos- a donde vas con tantas cosas?!.

Enzo se puso delante de ella por instinto pero Maggie lo esquivó y por primera y quiera ella ultima vez los enfrento.

-me voy! Me voy de esta mierda de casa, me voy de esta mierda de vida, me voy a buscar algo que ustedes nunca me dieron, me voy dios quiera para siempre de sus vidas- se le quebró la voz- nunca me creí capaz de poder salir de esta pocilga, de enfrentarme a ustedes pero algo que aprendí es que ustedes dos son y van a ser siempre los malos de la historia, que nunca los voy a llamar mamá y papá, porque desde que tengo cinco putos años que no lo son, porque aun siendo tan chica a ustedes les importaba una mierda tener a una nena en su cuarto mientras ustedes fumaban y tomaban cualquier cantidad de cosas hasta ponerse tan mal que lo único que hacían era golpearme hasta aburrirse generando que yo duerma siempre con miedo, pero cambie! Y ya no les tengo miedo porque miedo es un sentimiento y lo único que siento por ustedes es odio!- terminó quebrando pero no lo iba a demostrar frente a ellos, su papá atino a pegarle pero los reflejos de Enzo fueron más rápidos qué logró correrla antes de que la lastime.

-quien te pensas que sos pendeja de mierda! Todo te dimos! Todo! Y así nos tratas- se victimizo la señora dándole un gusto amargo a ella.

-que me dieron?! Nombrame 2 cosas que hayan hecho por mi en estos 20 años... nada! Por eso me voy! - se dio vuelta a mirar a Enzo, el solo asintió y la ayudó a subirse al auto por miedo a que le hagan algo.

Arrancó y dos calles después freno en una plaza para poder abrazarla logrando que ella quiebre entre sus brazos.

-perdón.. vos no tendrías que haber pasado por eso, Enzo yo solo... perdón- dijo avergonzada sintiéndose bien entre sus brazos.

-no me pidas perdón, nada es tu culpa Maggie, dijiste lo que tenías que decir, te lo venis guardando hace un montón y era hora de soltarlo, ya esta, ya saliste de ahí y no vas a volver nunca más- sobo su espalda y logró calmarla

-vamos a comprar, quiero despejarme- el asintió y salieron rumbo al supermercado luego de un pico robado por Enzo que le robo una sonrisa a ella.

Miedo al rechazo ; Enzo Fernández (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora