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Era 25 de diciembre y Maggie y Enzo viajaban a Cordoba donde junto a la familia Alvarez, Fernández y Beer pasarían año nuevo.

La idea había surgido de Julian y Enzo, sus familiares eran muy amigos y propusieron pasar año nuevo juntos. Pero a esta fiesta se le sumo Madison y su familia quienes fueron invitados por los Alavarez a quienes ya conocían de juntas familiares. Maggie no tenía a quien invitar por obvias razones pero como la familia de Madison la consideraban una más no tuvo tanto rechazo a la idea de ir, es más la emociono mucho volver a pasar las fiestas con ellos.

—toda mi familia te amo— dijo Enzo tomando el mate mientras manejaba— literalmente, los enamoraste con tus encantos.

—y yo los ame a ellos, era verdad cuando decías que eran como vos, me cayeron muy bien.

—obvio que decía la verdad amor, si fueran jodidos obviamente te iba a avisar, hasta al hijo de mi prima le caíste bien— ambos se rieron recordando al bebé que no se quería ir de los brazos de la pelinegra—le tengo envidia a ese enano maldito.

—es tu sobrino amor, porque?— se río.

—porque él podía estar en tus brazos cuándo yo no— el le hizo un puchero y ella volvió a reír.

—es tu sobrino amor..

—y? El estaba bastante cómodo en tus tetas pero esas son mías— a Maggie se le tornaron las mejillas rojas— ay amor medio año llevamos juntos y te sigue dando vergüenza que hable de tus tetas?.

—me da vergüenza no se— se justificó avergonzada.

—estas— toco un poco su pecho y luego volvió su mano al cambio—son mías, mira que me van a dar vergüenza?.

Maggie decidió no hablar más del tema porque Enzo parecía un nene chiquito discutiendo.

El viaje era muy largo, frenaron varias veces en estaciones de servicio a comprar y llenar el tanque del auto.

Cuándo llegaron a Cordoba, Calchin después de un agotador viaje en auto llegaron a la casa de Julian donde se quedarían junto al dueño de la casa y Madison. Los demás familiares se iban a dividir en distintas casas y demás.

—buenas— la pareja los recibieron saliendo de la casa.

—amiga!— Maggie y madi se abrazaron, hace mucho no se veían y eso era algo extraño en ellas que solían verse diariamente.

—amigo!— ambos chicos se burlaron de ellas e imitaron su acción. Recibiendo golpes y risas de sus novias.

—dale, entren que les mostramos donde se quedan— agarraron los bolsos y se adentraron a la casa que Julian tenía para cuando visitaba a su querido pueblo.

—veni amiga que te muestro la casa, ustedes lleven los bolsos— le entrego los bolsos a los chicos y llevo a su amiga a recorrer la casa escuchando los reproches del 9 y 13 de River.

—es hermosa— hablo Maggie siguiendo a Madison por todo el lugar.

—y falta la mejor parte— ella tomo su mano y la guió hasta el patio cual tenía vista a un hermoso río, tenía varios sillones y era hermoso.

—guau— la pelinegra estaba shockeada ante la vista que estaba presenciando.

—cuándo la conocí reaccione igual que vos— ambas se rieron y y volvieron a entrar para ir a las habitaciones arriba.

Enzo y julian estaban en la que sería la habitación del morocho y la pelinegra acomodando los bolsos en la cama.

—como van las cosas?— preguntó Julian a su amigo.

—bien, me tiene re bobo Maggie, no se porque, vos me conoces no soy así de enamorarme tan fuerte en tan poco tiempo pero con ella fue distinto.

—desde la vez que los vi irse en el Monumental que vos la llevaste sabía que les iba a ir bien, a ella no la conocía pero hace muchísimo tiempo no te veía tan enamorado— ambos se rieron y vieron a las chicas entrar a la habitación.

—y esta es tu habitación, nosotros nos vamos para que se acomoden—Julian y Madison se retiraron y dejaron a ambos solos.

—tenemos un vestidor?— preguntó sorprendida la pelinegra recorriendo la habitación.

—si, tenemos vestidor, baño y balcón, parece la habitación de un hotel— los dos se rieron y se tiraron en la cama abrazados— te quiero mucho hermosa.

—y yo a vos—ambos se dieron un pico y se quedaron acostados un rato, hasta que Julian llamo a Enzo para preparar el asado que iban a cenar los cuatro.

Cenaron los cuatro muy felices, eran el ejemplo perfecto de dos para dos, los cuatro se llevaban excelente y eso era algo que la tenía demasiado contenta y confortada a Maggie. Luego de a ver cenado y limpiado todo lo que habían usado cada pareja de fue a su habitación.

Por la parte de Maggie y Enzo, ambos se cambiaron y se acostaron a dormir juntos.

Enzo se había dormido rápidamente pero Maggie no podía, no sabía el motivo pero no podía conciliar sueño. Por eso decidió levantarse muy despacio y luego de agarrar una campera de Enzo que vio en una silla salió al balcón a poder tranquilizarse.

Era el ultimo día del año y es ahora cuando empezaba a replantearse todo lo que había pasado, pudo salir de esa horrible pesadilla de la cual venía aguantando toda su vida, conoció a Enzo quién mejoro su vida completamente y todo la tenía bastante sentimental.

Escucho la puerta corrediza abrirse y fue ahí cuando supo que no había sido tan silenciosa como creía.

—perdón por despertarte, no era mi intención hacer tanto ruido.

—me desperté cuando me di cuenta que no te estaba abrazando no por el ruido— el se sentó a su lado—estas bien? Que haces acá?.

—estaba pensando nomas.

—en que?.

—en todo lo que me paso este año, en que pude escapar de mis viejos, de esa pesadilla que me carcomía la cabeza desde que soy chica y en que conocerte fue lo mejor que me pasó en toda mi vida, en que conocerte cerro muchas heridas abiertas que tenia y guardaba y que conocerte me hizo conocer a una yo que no conocía.

—Maggie yo no hice nada, lo único que hice fue sacar a la luz esa personita que sabía que vivía ahí adentro y que solo estaba esperando el momento exacto a salir— él sonrió y la abrazo— yo no te quiero incomodar y tampoco quiero que te sientas obligada a decir algo que no sentis pero te amo Maggie y no hay nada en vos que me haga cambiar de opinión.

—yo también te amo Enzo, no sabes cuanto...

Miedo al rechazo ; Enzo Fernández (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora