Hoy domingo Maggie se encontraba haciendo fiaca en su casa. Luego de almorzar y ordenar todo su departamento se acostó en el sillón y se puso a buscar alguna película que le llamara la atención mientras se tapaba con 20 frazadas, el invierno empezaba a notarse y eso no le gustaba.Como era de esperarse terminó viendo Valiente, era su princesa favorita y amaba verla cada vez que podía al igual que Monster Inc.
Hoy no había hablado ni con Enzo ni con Madison así que su domingo se iba a basar en esto y comer unas galletitas que se estaban cocinando en el horno.
La película ya había terminado y ella fue a sacar sus galletitas que para su suerte habían salido espectaculares. La puerta sonó y sonrió imaginando que sería Enzo el que estaba detrás de la madera, pero cuando abrió se encontró con dos personas que conocía perfectamente. Sus papás se encontraban detrás de la puerta con caras enfurecidas.
—que hacen acá?!—pregunto exaltada intentando cerrar la puerta.
—queríamos conocer tu hermoso departamento—ellos se adentraron y empezaron a recorrerlo como si fuera suyo.
En ese instante a Maggie le empezó a faltar el aire y decidió escribirle a Madison y a Enzo, no creería poder aguantar mucho más junto a ellos y les escribió a los dos por las dudas.
—váyanse!— grito al ver como se comían las galletitas que había preparado y tomaban de la gaseosa que tenía en la heladera.
—ay hija, pero si recién llegamos, no tenes nada con alcohol? Que aburrida.
—no porque yo no soy como ustedes, váyanse ya!— ellos se rieron.
—como hiciste para pagar esto, poniendo musiquita en las fiestas o moviéndote al jugador ese?— preguntó sin descaro alguno y ella se enfureció.
—yo no necesito moverme a nadie!, yo trabajo toda la semana para poder pagarme todo lo que tengo, en vez de gastarme la plata en drogas y alcohol como ustedes!.
Y luego de gritar eso su padre le pego un cachetazo que claramente iba a dejar un moretón, su mamá le tiro del pelo y la acercó hacía ella.
—somos tus papás quieras o no, ubícate pendeja— le pego fuerte en la panza y ella cayó al piso donde le pegaron un par de patadas antes de seguir comiendo con total normalidad.
—Maggie...— escuchó una voz y solo cerro los ojos cuando su mejor amiga la abrazó.
Enzo y Julian se encargaron de sacar a los padres de Maggie y volvieron a la cocina, Enzo se agacho a su lado al igual que Madison y no pudo evitar sentir tanta rabia al verla tan lastimada.
—qué pasó?— la ayudaron a levantarse entre los tres y Enzo se encargó de llevarla al sillón.
—tocaron la puerta y yo fui a abrir, cuando los vi intente cerrar pero ellos ya estaban adentro y se pusieron a dar vueltas por todo el departamento, se comieron unas galletitas que había preparado recién y después de que les diga un montón de veces que se fueran ellos me empezaron a pegar y en vez de frenar cuando estaba en el piso ellos siguieron y me pegaron patadas— les contó y Enzo no pudo evitar abrazarla.
Madison y Julian fueron a la cocina para dejarlos a solas un rato y Maggie solo pudo acurrucarse en el pecho de Enzo sintiéndose segura solo entre sus brazos.
Al rato ambos volvieron y le dieron un vaso de agua que ella aceptó con gusto.
—no se que hubiera pasado si no venían.
—hiciste muy bien en avisarnos amiga, ni bien vi tu mensaje le dije a juli que me traiga.
—yo igual, aunque vine solo—Maggie sonrió—como sabían donde vivis?.
—no se, eso es lo que me preocupa, yo ni loca les diría nada, no se como me encontraron.
—el trabajo?— preguntó Maggie.
—tal vez, pero ellos no pueden darle mi dirección a cualquiera que va y dice ser mis padres, después voy a preguntar.
—te duele?— preguntó Enzo acariciando el moretón que empezaba a asomarse en su mejilla.
—eso dejó de dolerme hace rato, me duele más esto— levantó su remera hasta la mitad dejando ver los golpes que tenía en su estomago y costillas.
—ay amiga— se sentó a su lado y toco las lastimaduras viendo como Maggie se retorcía en su lugar—ya no podes seguir así, queres hablar con mis papás y ver que podemos hacer?.
—y de que serviría? Ya los metimos en la cárcel y al poco tiempo salieron.
—ya lo se, pero tal vez ponerles una perimetral Maggie esto no puede volver a pasar, mira lo que te hicieron y se que no es la primera vez que te lastiman así.
—ella tiene razón— acotó Enzo— no podes seguir así Maggie.
—esta bien, ahora solo necesito mejorarme— ella asintió y miro a Julian.
—nosotros nos vamos, si necesitas algo llámame o llámanos—miro a Enzo.
—esta bien, no es necesario—la pareja se despidió y se fueron.
—como estas?—pregunto Enzo.
—bien, supongo esto es algo normal para mi.
—dios mío linda—el la abrazo atrayéndola a su pecho y la contuvo allí.
—te podes quedar hoy?.
—obvio que si, mañana juego así que a la tarde me voy.
—jugas?.
—si, contra Atlético Tucumán, por la copa Argentina queres ir? Va Madison, me dijo Julian.
—mañana hablo con ella, seguro vaya— le sonrió y Enzo le robo un pico que le robo una sonrisa a ambos.
—te vas a poner mi camiseta? — le preguntó contento.
— si no la tengo, el otro día casi me la compro pero no había.
—como que te la ibas a comprar, decime a mi boba, yo tengo un montón y algunas sin usar, mañana vamos a mi casa y te doy alguna dale?.
—seguro?.
—obvio que si, si ya de por si me tenes loquito imagínate verte en la cancha y con mi camiseta, me caigo de culo ahí nomas— ella se río.
—vamos a la cocina, tengo hambre—el la siguió y luego de comer boludeces que encontraban en las alacenas se fueron a dormir.
Enzo la abrazaba despacito debido a que aún le dolía a ella los golpes que le habían dejado sus padres.
Le dolía un montón verla tan mal, tan vulnerable que le pedía a todos los dioses que la protejan, el se sentía medio culpable porque el le había prometido que nunca más la volverían a golpear y acá estaba el, consolándola.
—perdon Maggie, yo te prometí que no te volvería a pasar y mira como estas, es todo mi culpa— se disculpo en un susurro viéndola dormir, acarició suavemente su rostro.
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Miedo al rechazo ; Enzo Fernández (EN PAUSA)
FanficEl miedo al rechazo es el primer paso, por eso mismo Enzo intenta leerla de otra manera muy distinta al resto y así se termina ganando el corazón de Maggie