Capítulo 28

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Aclaraciones: la portada e imágenes adjuntas me pertenecen.

。・ 。 宿儺 。・ 。

Un ángel. Estaba seguro de haber visto uno.

Un ángel lo cargaba en brazos, podía notar sus fuertes músculos contra su débil cuerpo, esas líneas oscuras extendidas por su piel desnuda. Su tacto era cálido, su voz grave lo mecía como en una especie de largo sueño. Una maraña de cabellos rosados iluminados por el sol del amanecer, y no recordaba nada más.

Yuji despertó en medio del bosque, asustado. Una capa de sudor frío cubría su espalda y la ropa se le pegaba. Miró a todos lados, confundido, ¿por qué estaba allí? Pronto sus dudas se resolvieron, justo delante había un viejo papel clavado en el suelo con su cuchillo. Gateó hasta él para leerlo y guardar el arma en sus ropajes.

«Todo está arreglado. Regreso en un rato»

—¿Qué ha pasado?

Unos pasos en la lejanía de las ramas del suelo crujiendo llamó su atención y lo puso alerta, pudo detectar lo que se acercaba. Su cuerpo se tensó al percibir tal cantidad de energía maldita, tan fuerte y con una terrible sed de sangre. Pero lo peor de todo, es que la reconocía perfectamente. Parecía una mala pesadilla cuando Sukuna —usando el mismo aspecto que el propio Yuji— atravesó el bosque y se paró frente a él con expresión seria. Estaba completamente desnudo, el joven desvió la mirada por la vergüenza.

—¿Estoy soñando?

—No.

Yuji se levantó del suelo y caminó hasta la maldición, quedándose a escasos centímetros de él, invadiendo su espacio personal como si nada, ignorando la escasez de ropa. Repasaba cada facción suya e indudablemente era su mismo aspecto, misma nariz, orejas, pestañas, cabello rosado peinado hacia atrás, mandíbula afilada, pero ojos rojos y marcas negras a lo largo de su frente.

—¿Estoy en tu dominio?

—No.

La expresión confusa del joven solo se acentuó un poco más. Si no era un sueño, si no era su dominio, ¿eso era la vida real? Imposible. Sukuna había reencarnado en su cuerpo, él ya no poseía uno propio, ¿qué demonios había ocurrido durante su desmayo?

—¿Entonces..?

—Deja que te demuestre que soy real —pidió con voz sospechosamente tranquila.

Si fuera un sueño no hubiera sentido esa corriente eléctrica que recorrió su piel cuando los labios de Sukuna chocaron contra los de él en un beso escaso de delicadeza, era como si el mayor desease cumplir finalmente su deseo de devorar al joven Yuji de una vez por todas. Sin compasión, sin dejarle respirar, introdujo su lengua en la boca de él y jugueteó con su saliva hasta que sintió que era suficiente, hasta que su cuerpo comenzó a despertar otros instintos.

Fuertes brazos rodearon el cuerpo del muchacho y lo estrecharon más aún contra la maldición cuando rompió el beso. Su altura era la misma, pero Sukuna era muchísimo más fuerte. No podía rechazarlo, no tenía ganas de alejarse de nuevo. Desconocía cómo había ocurrido todo eso o qué magia desconocida había usado el demonio para lograr aquello, pero de lo que estaba seguro era de que se aferraría a ello sin dudarlo. Y ahí se derrumbó.

—¿Mocoso?

Yuji no respondió, simplemente sus piernas fallaron y antes de caer al suelo Sukuna lo atrapó contra su pecho desnudo, visiblemente preocupado. Lágrimas silenciosas comenzaron a descender por las mejillas del joven Itadori, lágrimas que se perdieron piel abajo del hechicero mayor.

—No puedo más... —su voz se había quebrado en medio del susurro.

Una presión incómoda se alojó en el pecho de Sukuna, donde ficticiamente había imaginado el corazón que ahora latía desbocado. Debía admitir que odiaba ver a Yuji tan profundamente afligido. No sabía qué hacer en esa situación.

Run, little boy (SukuIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora