Capítulo 19

959 131 13
                                    

Aclaraciones: la portada e imágenes adjuntas me pertenecen.

Notas: ya avisé de que las actualizaciones irían más lentas para que me dé tiempo a seguir escribiendo, pero hoy quería subir algo porque es mi cumpleaños (al menos en España ya es 11 de marzo xD). Es mi regalo para vosotras (?

。・ 。 宿儺 。・ 。

Era una mañana tan tranquila que Megumi propuso a Yuji enseñarle a pescar, el muchacho aceptó gustoso las enseñanzas. Necesitaba algo que llenase su cabeza, que hiciera desaparecer la tristeza unas cuantas horas, su amigo lo sabía. Los días se pasaban lento desde que vió por última vez a Sukuna.

El joven Zenin se encargó de su hermana Tsumiki a primera hora, dejándola descansar en la cama de la cabaña, resguardada en su ausencia por sus dos shikigamis en forma de perro. Luego ambos tomaron las improvisadas cañas de bambú que había fabricado Megumi hábilmente y se encaminaron una vez más al interior del bosque.

Yuji paseaba a cierta distancia del moreno, mirando distraídamente el paisaje que ya se conocía como la palma de su mano tras los meses que había convivido con los dos hermanos. El Zenin suspiró en alto, atrayendo la atención de Itadori, justo lo que buscaba de forma indirecta. Él no era el mejor mostrando preocupación por los demás, mucho menos consolando, pero estaba preocupado por él, se comportaba de forma bastante distante desde hacía días.

—Hoy hace buen día.

—Sí —asintió Itadori.

Megumi se mordió el interior de la mejilla, definitivamente le pasaba algo. Su amigo era el tipo de persona que no se callaba ni debajo del agua, y ahora prácticamente evitaba cualquier conversación.

—Oye Yuji, si te pasa algo puedes decírmelo.

El aludido se giró hacia su amigo y le dedicó una pequeña y fingida sonrisa.

—Estoy bien, gracias por preguntar.

Pero era mentira. Tan mentira como la tranquilidad que intentaba transmitir con sus palabras. Aún así, el chico de cabello oscuro no dijo más, aceptando su negativa de hablar. Sin embargo, el joven Itadori quiso proseguir la conversación pero cambiando de tema.

—Megumi, ¿qué opinas de la nobleza?

—¿Va con trampa o algo así?

—No, solo quiero saber tu punto de vista.

El Zenin meditó unos segundos, no había mucho misterio detrás del profundo odio que profesaba a su familia.

—Si la mitad muriera ahora mismo no me importaría mucho.

—¡Qué cruel!

—Lo dices como si no desearas lo mismo.

—Bueno, no soy tan brusco como tú, pero...

—Hay que atajar el problema de raíz.

—¿A qué te refieres?

—Los nobles son simples parásitos que se aprovechan de la mano de obra de los campesinos, usando su dinero de mierda para rascar hasta la más mínima migaja de todo.

Ambos habían llegado a un claro del bosque junto al río y se sentaron en las piedras más cercanas a seguir su conversación antes de pescar.

—¿Y cómo lo solucionarías tú?

—Para hacer lo correcto habría que mancharse mucho las manos —afirmó Megumi.

—¿Por qué?

—¿Crees que un gordo ricachón cedería sus privilegios con tan solo pedirlo amablemente? —preguntó de una forma algo más seria— ¡Qué inocente eres!

Run, little boy (SukuIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora